Delhi, donde es fácil vivir con los ojos cerrados…

«Esto es una ciudad irreal» , pensé la primera vez que fui allí, realmente no era una ciudad, era un conjunto de imágenes que me dejaron totalmente impactada. Es cierto que en mis siguientes visitas la percepción cambió, aunque es un país que me fascina, con el paso de los años ha ganado en beneficio tanto de sus ciudadanos como de los que la visitamos, pero también  ese aumento de población, vehículos, humos y turistas hace que ya no tenga quizá ese encanto y autenticidad que tenía hace años, pero en cualquier caso podrá gustar o no, pero es una ciudad que nunca deja indiferente.

Ciudad ruidosa, desordenada y superpoblada hasta límites insospechados. Me encantó el consejo que me dio un amigo la primera vez que fui, “no pierdas el tiempo en pestañear que te perderás alguna imagen extraordinaria”. 

Se necesita algo de tiempo para acostumbrarte a ella. Delhi como el resto del país es quizá uno de los destinos más intensos del mundo. Puesto que es una ciudad inmensa aquí sólo hablaré de esos lugares que creo que no hay que perderse la primera vez que aterrizas allí, aunque si lo pienso bien, es una ciudad que con dejarse llevar por las calles e interactuar con sus habitantes habrá bastante para una primera vez.

La capital de India es, en la mayoría de los casos, la puerta de entrada al país, resulta realmente estimulante ya que en el propio aeropuerto puedes apreciar que es una ciudad diferente y eso sobre todo lo noté la primera vez que fui cuando todavía el aeropuerto no estaba remodelado. Nunca olvidaré ese calor asfixiante y ese olor a especias que sentí cuando puse el pie en suelo indio. 

Entre el caos de la ciudad se erigen algunas auténticas maravillas arquitectónicas y artísticas.

La vieja Delhi contiene grandes y bonitos edificios, dañados eso sí, por la pobreza y el gran número de habitantes. Las callejuelas hirvientes de vida popular, son una fuente de inspiración para la fotografía. El  conocido Fuerte Rojo a la orilla del ancho río Yamuna, es poderoso como una fortaleza y grandioso como un palacio, fue construido en el siglo XVII y declarado Patrimonio de la Humanidad en 2007. Se caracteriza por el color rojizo de su estructura, formado por varios edificios interiores con  jardines que parecen alfombras mágicas  y  rodeados por una imponente muralla de dieciocho metros de altura. Entre las cosas más interesantes, destacaría la réplica del paraíso que describe el Corán o el patio Diwan que alberga una copia del trono del rey Salomón, así como, numerosos pabellones como por ejemplo el dedicado a las mujeres. 

Al lado está el famosísimo y bullicioso mercado de Chandni Chowk, es el más antiguo de la ciudad, siendo sus orígenes del siglo XVII. Esta gran avenida que parte del Fuerte Rojo fue en su época la calle más importante de la antigua capital y aún hoy es la espina dorsal de la Vieja Delhi. El mercado es un auténtico laberinto repleto de productos locales que se puede visitar desde primera hora de la mañana. Está dividido según el tipo de producto que se vende, especias, joyas, ropa, libros, menaje, etc., además de una zona donde se puede degustar la comida típica del país. Tanto esta calle como las que la rodean están siempre a rebosar de personas y vehículos, destacan barrios como Khari Baoli, Chawri o Sadar Bazar. Lo que más me gustó fue la parte  del mercado de los frutos secos y las especias y por supuesto las maravillosas tiendas de saris donde el color y la amabilidad de sus comerciantes hacen que se pase un rato muy agradable.

Pero si se está en la ciudad en domingo no hay que perderse el mercado que se organiza donde se pueden adquirir tanto objetos de primera y de segunda mano. Es un lugar poco frecuentado por turistas y donde se puede ver la esencia de los lugareños. No hay que dejar de probar la comida de sus puestos callejeros, aunque eso sí hay que elegir bien el lugar por el tema de higiene.  Me encantó ver como a la entrada de tiendas o en los mismos puestos, los locales tenían un hilo con un limón y guindillas para espantar a los malos espíritus. 

En frente del Fuerte rojo  está la  Mezquita Jama Masjid o Gran Mezquita es la más grande de India y un lugar de culto imprescindible para los musulmanes residentes. Esta imponente edificación fue construida durante el siglo XVII por el mismo mandatario que construyó el Taj majal, de hecho, está en mármol blanco, negro y arenisca roja. Está formada por tres cúpulas, dos minaretes de cuarenta metros de altura y cuatro torres de vigilancia. El patio central tiene una capacidad de catorce mil personas, cuenta con reliquias de Mahoma, un pelo, una sandalia  y la huella de su pisada.  

Cerca de Chandni Chow se encuentra el Parque Mahatma Gandhi, uno de los jardines con los que se rinde homenaje al líder del movimiento nacionalista de India, pedricador de la no violencia y siempre en busca de la abolición de las diferentes castas.  La última vez que estuve había mucho gente recitando conocidas frases como “Si quieres cambiar el mundo cambiate a ti mismo” «Vive como si fueras a morir mañana. Aprende como si fueras a vivir para siempre” 

Si se quiere hacer un recorrido para ver los lugares más emblemáticos referentes a Ghandi, no hay que dejar de acudir en la Nueva Delhi a Birla Bhavan, la casa en donde disfrutó sus últimos días. Es una gran mansión donde se trasladó por temas de seguridad, es algo chocante tanto lujo pero si se visita se ve su austeridad en la habitación donde dormía. Aquí lo más famoso es terminar en el punto del jardín en el que le dispararon el 30 de enero de 1948.  Aunque en este lugar se pueden ver muchos de sus enseres, también se puede visitar el Museo Nacional Ghandi para ver fotografías, documentos privados, etc. Otro lugar que se puede visitar es el Raj Ghat  ubicado enfrente al museo. Se trata de un recinto ajardinado a orillas del río Yamuna que rodea el lugar exacto en el que sus restos fueron incinerados. Todavía continúa ardiendo el fuego a modo de homenaje y con frecuencia, un manto de pétalos recubre la losa bajo la que descansan sus cenizas.

Nueva Delhi fue planeada, construida y edificada rápidamente con un fin, querían que fuera una ciudad jardín. El diseño de la ciudad es armonioso, anchas avenidas llenas de árboles, jardines, plazas, etc. 

La Puerta de la India, situada al principio de la avenida de Rajpath, fue construida entre el 1921 y el 1931 en honor a los soldados hindúes que murieron en la Primera Guerra Mundial y en las Guerras Afganas. En conmemoración de estos soldados, sus nombres están grabados sobre la piedra del monumento. Desde los años setenta también hay una llama perpetua como homenaje. 

Accediendo por una de sus avenidas, llegamos a Connaught Place, inaugurada en 1931 bajo el dominio británico, es la zona financiera y comercial más moderna de la ciudad,  cuenta con una bella arquitectura colonial victoriana que aún recuerda su época de esplendor. Aquí se encuentran las tiendas occidentales, sedes de bancos, restaurantes internacionales, etc. Para mi la mejor hora para visitarlo es al atardecer y así tomar un te chai callejero sentados en el césped del Central Park que se encuentra en el interior de los círculos concéntricos que forman sus edificios. Yo tengo que reconocer que esta zona es quizá la que menos me gusta de la ciudad, prefiero sus mercados, sus tiendas, sus puestos, etc., una tienda que me encantó fue más antigua de Delhi donde se venden sitares. El sitar es un instrumento musical tradicional de cuerda parecido a la guitarra, es una delicia escuchar su sonido. En esta tienda es donde compraban sus sitares los Beatles que fueron de los primeros en introducir estos sonidos a la música occidental. De hecho si se accede a su interior, se pueden ver fotos de ellos en sus numerosas visitas a Delhi. 

Muy cerca se encuentra el Jantar Mantar uno de los cinco observatorios astronómicos de la India mandados construir por Sawai Jai para averiguar las alineaciones planetarias y calcular así los mejores días para realizar los ritos sagrados.

En las proximidades también se encuentra el Parlamento y otros edificios emblemáticos, pero a mí lo que me fascinó fue visitar  en Ashok Road el templo Gurudwara Bangla Sahib, templo de culto de peregrinación para la comunidad sikh. Este templo fue en su día el palacio de Jai Singh, gobernante de la India en el siglo XVII. También residía allí un gurú sikh. En aquella época hubo una epidemia de cólera y se cree que fue el gurú sikh quien ayudó y curó a los enfermos con el agua del pozo del templo. Desde entonces se considera que el agua del templo es sagrada y tiene propiedades curativas. Este impactante templo está construido en mármol y destaca por estar coronado por una cúpula dorada. Se puede visitar casi en su totalidad, me fascinó ver las cocinas y como toda la gente que trabaja allí son voluntarios de familias adineradas, según ellos viven para ayudar a los demás. También es espectacular ver la cantidad de gente que tras la oración, se va hacia la zona del estanque y se lavan con ese agua, que desde luego menos limpia está de todas las maneras. 

Otro lugar muy interesante y cercano es la maravilla arquitectónica subterránea que se creó para recoger y almacenar agua. Agrasen Ki Baoli, monumento protegido, es un pozo escalonado en el que se llega a un depósito de agua. Tiene tres alturas y en sus muros tres niveles con corredores arcados. Es un lugar que sale muchas veces en las películas de Bollywood.

Al sur de la ciudad nueva se encuentran varios lugares muy visitados por los turistas, El Templo de Akshardham, considerado como el templo hinduista más grande del mundo, construido en 2005. En esta edificación se pueden ver representadas más de veinte mil deidades y figuras mitológicas. Se dice que visitar este templo es hacer un recorrido por la historia del país. Destacan sus fuentes y jardines, así como una estatua dorada de tres metros de Bhagwan Shri Swaminarayan. La última vez que estuve lo visité y pese a que me parece un templo grandioso, su interior no me gusta mucho ya que me da la sensación de parque temático.

Al lado la tumba de Humayun, monumento que como el resto de los mausoleos nada recuerda a la muerte. Construida en arquitectura mogol, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993. En este complejo, formado por edificaciones y jardines, se encuentran los restos del segundo emperador mongol Humayun. Esta edificación está construida en arenisca roja y mármol, y también alberga otras tumbas, como las de Isa Khan o Nili Chhatri y varias mezquitas.

Muy cerca de la tumba y después de andar por un laberinto de callejuelas, se accede  al complejo que acoge la tumba del santo sufí Nizamuddin Auliya. Siempre está lleno de fieles y mendigos que los jueves al atardecer entonan cánticos sufíes por bandas locales que dejan con la boca abierta.

Y todavía más al sur se encuentra un templo de gra concurrencia para viajeros y locales que es el Templo de Loto. Construido en 1986, es considerado una Casa de Adoración, es decir, que está abierto a cualquier persona independientemente de su religión para que pueda conectar con su dios. Lo que llama su atención es su forma es de flor de loto, representada por veintisiete inmensos pétalos de mármol. Los techos de su sala principal son de treinta metros de altura, sin haber columnas que sostengan la estructura.

Y otro de esos lugares que no se puede dejar de visitar es el Complejo Qutaba, donde destaca la esbelta, sólida y elegante torre que cuenta con una estructura de setenta y tres metros de altura  formada por varios pisos y llegar a la cima representa subir 378 escalones; es la torre de ladrillo más alta del mundo.  Como dice Octavio Paz “ El color rojizo de la piedra, contrastado con la transparencia del aire y el azul del cielo, le dan al monumento un dinamismo vertical, como un inmenso cohete que pretendiese perforar las alturas«. En 1993 fue considerado Patrimonio de la Humanidad. En ella se pueden observar diferentes estilos arquitectónicos e importantes grabados e inscripciones de los versículos del Coran. La torre era parte de un templo que albergaba también al famoso Pilar de Hierro, que ostenta una inscripción del periodo gupta.

En cuanto a jardines se refiere, dentro de los 1400 parques que hay yo destacaría  los Jardines Lodhi. Son un remanso de paz, cuenta con magníficos arboles, arbustos y monumentos de arquitectura mongol. Es un lugar muy visitado por los lugareños, les encanta ir allí a hacerse sus fotos de boda, son una auténtica delicia. 

Y si tuviera que elegir un sitio un poco diferente dentro de la ciudad me quedaría con Majnu-ka Tilla situada al norte de la ciudad. Conocida como la Colonia Tibetana está rodeada por gruesos muros y cuenta con una calle principal y dos paralelas, es como un Tibet en miniatura. Es un respiro al bullicio de la ciudad donde se puede encontrar un mercadillo permanente de objetos budistas, templos y cruzarse con monjes que siempre devuelven una sonrisa.

*Si quieres viajar tranquilo y dedicarte sólo a disfrutar deja la seguridad a Mondo, seguros de viaje, pulsa aquí y podrás conseguir un 5% de descuento en tu seguro de viajes.

Escribir comentario

Navigate

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies