Sofia, que significa en griego sabiduría es representada como la imagen de una mujer emanación del conocimiento eterno.
Ciudad vanguardista, moderna y cosmopolita, conserva la esencia comunista aunque se encuentre en la Unión Europea desde el 2007. Posee bastantes atractivos observándose a la perfección esos años de historia y esa multiplicidad de influencias culturales.
Aunque la tribu tracia se estableció en un principio en la región de Sofia en el siglo VIII a.C, la ciudad actual fue fundada por los romanos que conquistaron la región en el 29 d.C y construyeron la ciudad de Ulpia Serdica. Durante la Edad Media los búlgaros y el Imperio bizantino se turnaron la ciudad hasta que llegaron los otomanos que la tuvieron dominada durante casi quinientos años. Gran parte de la ciudad quedó destruida durante la Segunda Guerra mundial, reconstruyéndose siguiendo el modelo soviético.
El corazón cultural del país, es una ciudad fácil de visitar, teniendo la gran parte de los puntos de interés, en el centro de la ciudad.
En el jardín Knyazheska, se encuentra el Monumento del ejército soviético construido en el año 1.954 como símbolo de gratitud por el Ejército Rojo soviético que ayudó a Bulgaria durante la Segunda Guerra Mundial. Está representado por un soldado de ejército soviético al lado de una pareja que representan al país búlgaro. En la base del monumento existen varios bajorrelieves mostrando diferentes escenas de los soldados en los campos de batalla y los campesinos búlgaros en el trabajo. En los últimos años, el monumento se ha convertido en un lugar para realizar declaraciones políticas anónimas de tal manera que los pintan transformando por ejemplo a los soldados del ejército soviético en superhéroes americanos populares, personajes de dibujos animados, otras veces ha amanecido el monumento pintado de rosa, etc.
El campus universitario que alberga las facultades de la ciudad y la Biblioteca nacional se encuentra en el lado opuesto. Diseñada por el famoso equipo arquitectónico búlgaro Vasilyov-Tsolov, es un lugar perfecto para ver algunas de las primeras ediciones del famoso lingüística, filósofo y crítico literario Tzvetan Todorov. Ahí recordé su frase tantas veces repetidas:
«Barbarie y civilización son dos categorías de origen particular pero cuya aplicación puede ser universal. Sin embargo, ser civilizado no significa que se tengan estudios superiores, sino que se sabe reconocer la plena humanidad de los otros, aunque sean diferentes. No son bárbaros quienes no tienen buena educación o han leído poco, sino quienes niegan la plena humanidad de los demás»
Avanzando por el bulevar Osvoboditel, se puede observar el monumento ecuestre del Zar Libertador y el edificio neo-renacentista de la Asamblea Nacional cuyo lema está esculpido en la puerta «La unión hace la fuerza”, y así llegamos al auténtico emblema y principal centro religioso de la ciudad, la catedral de San Alexander Nevsky. La majestuosa catedral fue construida en Sofía, aunque la idea era haberla realizado en Veliko Tarnovo. Iniciaron los trabajos en 1882 y se finalizaron en 1912. El templo lleva el nombre del gobernante del principado ruso de Novgorod, que fue una figura clave en la historia medieval rusa por su defensa del Cristianismo Ortodoxo frente a los ataques de los católicos, teutones y tártaros. Por todo ello, su figura es venerada como un santo en el mundo de la Iglesia ortodoxa. De gran tamaño y capacidad, destaca por su gran belleza y por sus doradas cúpulas . De las cosas que más me gustaron fue su cripta situada en el sótano de la catedral. Al inicio, la construyeron para colocar las tumbas de los obispos y personajes religiosos relevantes, pero desde 1965, se convirtió en museo, formando parte de la Galería nacional de arte, y expone obras de arte religioso. El espacio en si es una maravilla con unos arcos bien delimitados y con una colección de piezas, fundamentalmente iconos, que incluyen las más finas obras de varios museos de Sofía y del país.
Subiendo una pequeña cuesta de asfalto adoquinado se encuentra la iglesia más antigua de la ciudad que data del siglo VI.
La Iglesia de Santa Sofía se levantó sobre dos templos y su ladrillo rojo es inconfundible, pero lo más destacado es la Necrópolis subterránea. Tras unas escaleras de vidrio armado se puede visitar la ciudad de los muertos, donde encontramos unas cincuenta instalaciones de los cementerios que datan del siglo III al siglo V y difieren en su tipo y construcción. Podemos pasear al lado de sarcófagos, tumbas cubiertas de placas de piedra, bóvedas semicilíndricas, etc., además de ver ruinas de tres iglesias paleocristianas, es como estar en el pasado sin pensar en el presente.
El Teatro de la Opera Nacional es uno de los centros neurálgicos de la vida cultural búlgara. Es un gran edificio con una maravillosa columnata coronada por un friso con motivos alegóricos a la liberación del país. Hoy en día tiene una programación envidiable no sólo de ópera sino también espectáculos de ballet, conciertos y toda clase de espectáculos musicales y lo mejor es que los precios en general son muy asequibles. Al sur está una conocida iglesia marcada con una fuerte identidad nacional, Iglesia de San Nicolás, conocida como Iglesia Rusa que es una de las iglesias ortodoxas más bonitas de la ciudad. Cuenta con un exterior de tejados verdes y cúpulas doradas inspiradas en las iglesias rusas del siglo XVII donde la influencia de los elementos barrocos occidentales se dejaban ver en las construcciones moscovitas.
Construido en homenaje al novelista, dramaturgo y poeta búlgaro Iván Vazov, encontramos otro gran centro cultural en la ciudad, el Teatro Nacional Ivan Vazov.
De estilo neoclásico que presenta unos capiteles que soportan un friso con motivos mitológicos y dos torres que coronan el edificio donde está muy presenta la gran diosa griega Nike, que representa la victoria. En los alrededores del teatro encontramos otras iglesias y el Museo arqueológico además del edificio más antiguo de la ciudad situado junto al Mercado Central, la Mezquita de Banya Bashi, que data del 1576. El edificio fue erigido sobre unos baños termales, cuenta con una gran cúpula y un minarete que es un punto de referencia desde muchos lugares de la ciudad. Actualmente es la única mezquita que sigue abierta al culto islámico. Pegado a ella se encuentran los Baños minerales de la ciudad que fueron construidos en 1913 y levantados sobre unos antiguos baños turcos. De estilo secesión integra elementos ornamentales típicamente bulgaros, bizantinos y ortodoxos. Su elegante fachada rayada y las decoraciones cerámicas recuerdan al diseño de las iglesias medievales de Nesebar. En la actualidad albergan exposiciones de arte.
La segunda sinagoga sefardí más grande de Europa, la sinagoga morisca de Sofia, fue diseñada 1909. Cuenta con una capacidad para casi 1200 fieles. Es impresionante ver la lampara de araña de latón que es la más grande del país.
Cercano a esto no hay que perderse los mercadillos de artesanía con los que cuenta la ciudad, así como el mercado Central. Si se quiere ver un mercado de abastos como los de toda la vida, hay que acercarse al conocido mercado de las mujeres un poco más al norte. Aquí vienen productores locales a traer sus verduras y frutas. Aunque si lo que se quiere es comprar ropa o utensilios más actuales hay que acudir al famoso Boulveard Vitosha donde también se puede tomar algo o comer en uno de sus numerosos restaurantes. Me llamó mucho la atención la cantidad de pequeñas y curiosas tiendas que hay a lo largo de la ciudad, se las conoce como Klek-shops por su tamaño. Estas surgieron en 1989 cuando Bulgaria abandonó el comunismo, legalizando la propiedad privada por lo que la gente aprovechó los sótanos de las casas para luchar contra la crisis económica, y así de esta manera cuando está por la ciudad ves que las ventanas de estas tiendas están al ras de las aceras.
Si proseguimos hacia el Palacio de Justicia que es desde donde parten la mayoría de los free tour, pasamos por la Estatua de Santa Sofía levantada sobre un pedestal elevado de unos veinte metros de altura que sustituyó a la antigua estatua de Lenin.
Esta estatua de bronce y cobre simboliza la diosa de la Sabiduría, poder y eternidad. También podemos encontrar en la rotonda donde hay varias ruinas romanas y una de las cosas más sorprendentes de la ciudad que es la Iglesia de San Petka que se encuentra en el paso subterráneo entre el hotel Sheraton y el Gran centro Comercial. El templo está dedicado a la mártir Petka y fue construido sobre las ruinas de un edificio romano de culto y data del siglo XI. Los murales que se ven hoy en el interior fueron pintados a finales del siglo XV y principios del siglo XVI. Según la rumorología, el héroe nacional búlgaro Vasil Levski estaría está enterrado bajo sus suelos. Por toda la ciudad se ven símbolos y llamadas del que pronunció frases como esta:
«Si yo gano, gano para todo nuestro pueblo; si yo pierdo, pierdo sólo para sí mismo»
Si atravesamos el paso subterráneo nos encontramos con la Catedral de Sveta Nedelya una magnífica iglesia abovedada famosa por sus murales de estilo bizantino que fue finalizada en 1863. Aquí no hay que perderse una ceremonia ya que tiene una estupenda acústica y el canto de los feligreses es realmente cautivador.
A espaldas de esta zona es donde se encuentra quizá la zona con más esencia comunista de la ciudad, y donde se ubican los ministerios, el Palacio Presidencial y uno de los templos más visitados de la ciudad ubicado en el patio posterior del Palacio a pocos metros de las ruinas de la antigua fortaleza de la la ciudad. Se le conoce como la rotonda de San Jorge. Es un pequeño templo del siglo IV dC reconstruido en su mayoría en el siglo VI después de los daños causados por la invasión de los hunos. Es una construcción cilíndrica y abovedada edificada sobre una base cuadrada. La sala del altar es cuadrada, tiene cuatro nichos simétricamente colocados y la entrada principal está en el muro oeste. Originariamente el edificio se utilizó como fines públicos pero tras el reconocimiento del cristianismo se convirtió en baptisterio. Y ya en la epoca del emperador Justiniano, la rotonda se transformó en iglesia para más tarde ser nuevamente transformada en mezquita durante el dominio otomano. Actualmente se realizan servicios de la iglesia ortodoxa eslava, donde se pueden escuchar maravillosos cantos de música bizantina.
También se puede visitar el Palacio Real, construido en un principio como sede del gobernador otomano y su fuerza policial, es hoy la Sede de la Galería Nacional de Arte y del Museo Etnográfico. Y un lugar muy interesante para los amantes de la historia es la denominada Casa del Partido, monolito estalinista de 1953 que fue la sede del Partido Comunista búlgaro. En la actualidad alberga despachos gubernamentales. Y si lo que se quiere es fotografiar la estrella roja que lo coronaba hay que acudir al Museo de Arte Socialista donde también se puede ver estatuas como la de Lenin, la cual, fue retirada para poner la de Santa Sofia.
Además de grandes monumentos, iglesias y edificios Sofia cuenta con grandes lienzos en sus muros o casas realizados por artistas callejeros. El arte urbano se apodera de los rincones perdidos de la ciudad y toma un interés especial para los que la visitamos. Si bonitos, interesantes e increíbles son los grafitis de Londres o Berlín, no hay que perderse los del centro de la ciudad y mucho menos los de sus barrios periféricos como el de Sredets que dan una visión alternativa a la reciente historia de la ciudad. Este medio de comunicación urbano me fascina, me parece un reflejo de una gran riqueza y diversidad cultural. Me encantaron muchos de los grafitis encontrados pero , especialmente los de los artistas Bozko y Nasimo (muy famoso el mural en honor a Diado Dobri en el barrio Hadzhi Dimitar. Este mendigo tan querido en la ciudad despierta la admiración en toda Bulgaria. En el año 2000 donó todo lo que poseía a la iglesia y desde entonces se dedica a mendigar, cada día camina 20 km desde su pueblo a la ciudad y pide caridad a los fieles, pero luego no se lo queda él sino que lo dona a la iglesia, a obras de caridad, a orfanatos, etc.).
Sofia es una ciudad llamada por el arte urbano de todo tipo y de ahí que gracias al fotógrafo Vany Krastev que decidió que como la ciudad era muy triste necesitaba quitar esa oxidación, así que colocó ojos saltones alrededor de la misma, por lo que se pueden encontrar en fuentes, en la barra de los autobuses, en farolas, etc.
Debido a su estructura no es una ciudad muy bonita desde las alturas, pero si se quiere ver esos tejados, no hay nada mejor que acudir a los miradores del restaurante The View, del Palacio nacional de Cultura o mucho mejor acudir al monte Vitosha, pulmón verde de la capital búlgara, donde se pueden ver unas puestas de sol increíbles.
Pero si bonitas son las iglesias y monumentos del centro de la ciudad, de ensueño es la gran joya arquitectónica del arte cristiano medieval que ha llegado hasta nuestros días. Situada a unos ocho kilómetros del centro de la ciudad, a los pies de la montaña de Vitosha se encuentra la iglesia de Boyana, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1979, que fue construida en varias etapas comenzando en el siglo XI y finalizando en el siglo XIX. Con una bóveda de cruz erigida y pilares empotrados esconde las impresionantes pinturas del siglo XIII sobre la cultura búlgara medieval. Cada una de las 240 imágenes recreadas se caracterizan por su individualidad y valor artístico. En el atrio con 18 escenas, que incluyen elementos del modo de vida de los contemporáneos de los artistas, está ilustrada la biografía de San Nicola, uno de los patronos del templo.
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4 Comentarios
Maravllosas fotos artista!!!
Jajajaja mil gracias. Besos
GENIAL
Mil gracias. Besos