La localidad de Bergerac y su más destacado irreal hijo, han sido la base de muchas leyendas románticas, pero no históricas, siendo la más conocida la obra de Edmond Rostand, Cyrano de Bergerac, escrita y estrenada en París en 1897.
La ciudad de arte e historia, etiquetada así por el Ministerio de Cultura desde 1985, se sitúa a orillas del río Dordoña en la región de Nueva Aquitania. La esencia del Perigord púrpura, zona conocida así gracias a sus vinos, pertenece al llamado País de Bergerac, que cuenta con trece denominaciones de origen procedentes de viñedos como Bergerac, Duras, Monbazillac o Rosette entre otros.
La pintoresca localidad, enclavada entre densos bosques y extensos viñedos, aprovecha el encanto de su río, considerado uno de las más hermosos y limpios de Europa, para contemplar el ir y venir de las gabarras, embarcaciones tradicionales de fondo plano utilizadas en el pasado para el transporte de mercancías. La quietud del río es adornada por la verde arboleda de su alrededor, que junto al color azul turquesa del agua, forma una idílica atmósfera de paz y tranquilidad que hechiza a todo el que se acerca a la pequeña pero encantadora localidad.
Su puerto, conocido como Muelle Salvette, se encuentra ubicado en el espacio donde estaba situado el antiguo castillo de la ciudad, destruido por unas inundaciones a principios del siglo XVII. El muelle era el lugar de paso de viajeros, peregrinos, lugareños hasta la llegada del ferrocarril en el siglo XIX, cuando se construyó la estación por lo que la ciudad se extendió más hacia el norte.
Junto al bonito muelle se encuentra una sucesión de calles medievales, fachadas con entramado de madera y ventanas ojivales, que nos remontan al origen de la localidad en el siglo XII. Hoy en día la mezcla de madera y adobe con cimientos de piedra de las viviendas junto con las flores que las adornan, le han llevado a la localidad a pertenecer al Club de las ciudades que han ganado el gran premio nacional de la floración, concurso creado en 1959 en Francia para promover la floración y los espacios verdes de las localidades.
A pocos pasos del muelle, se encuentra la Oficina de turismo, que porta más de una sorpresa ya que en su parte superior se encuentra el Quai Cyrano, donde se pueden conocer todos los vinos de la región. Desde allí y siguiendo uno de las mapas ofrecidos por la Oficina de turismo, se puede ascender por la Rue de Recollets para adentrarse en la bonita y medieval Plaza de la Myrpe, lugar donde se realizaba el mercado de grano y hoy repleta de rincones con encanto, donde podemos encontrar una de las estatuas, esta de piedra, de Cyrano de Bergerac.
Aunque Cyrano es el bergeracois más famoso de la ciudad y sus estatuas son el emblema de la misma, éste nunca llegó a visitar la localidad. ¿Pero entonces, quién era Cyrano de Bergerac?
El personaje literario, por tanto ficticio, que inspiró al escritor Edmond Rostand para la obra de teatro titulada Cyrano de Bergerac, fue Hércules Savinien de Cyrano. Nacido en París, fue criado en la localidad de Bergerac, de donde tomó el nombre de la misma para acompañar a su apellido.
El joven que hizo su carrera militar en la Compañía de las Guardias Francesas se retiró a los dos años por una herida que le impidió seguir, aunque no le impidió que siguieran hablando de él por su arrogancia y trifulcas en las que se había visto involucrado. Tras la muerte de su padre, recogió una gran herencia que le permitió dedicarse a la literatura y así creó obras tales como El pedante engañado o Las Mazarinadas, pero sin duda la más conocida fue la publicada tras su muerte El otro mundo. Con pocos años de producción literaria, Cyrano de Bergerac dio mucho que hablar en la literatura. Autores como Moliere o Arthur C. Clarke alabaron su prosa y Edmon Rostand le inmortalizó en su obra mostrándole como héroe romántico pero acomplejado por su enorme nariz.
A día de hoy la localidad que nunca le vio le aclama como reclamo turístico con dos estatuas, una situada en la plaza anteriormente comentada, y la otra y más famosa realizada en bronce, en la Place Pelissiere, donde se reunía en la Edad Media el gremio de los peleteros. Junto a esta plaza se encuentra la románica iglesia de Saint Jacques, lugar frecuentado por los peregrinos que se dirigían a Santiago de Compostela a través del camino francés.
Pero además de las estatuas de este personaje literario, la ciudad cuenta con otros muchos atractivos: todo su centro histórico renacentista que es de auténtica postal, la neorománica Iglesia de Notre Dame que data del siglo XVII y clasificada como monumento histórico o el Claustro del extinto convento de los franciscanos, conocido como el Claustro de los Recoletos, que data de 1630 y que está situado en el interior de la Maison du Vin cuya entrada se localiza en la Quai Salvette justo a orillas del río. Pero si hay algo que me gusta de esta localidad son los pequeños detalles arquitectónicos que están por todas partes: esculturas, aldabas, picaportes, torreones, todo evoca el paso del tiempo y estilos.
La ciudad también es el hogar del Museo del tabaco ubicado en la Maison Peyrarede, el Museo de la ciudad del vino y la navegación interior y el Museo Costi ubicado en el presbiterio de Saint Jacques. Bajo sus notables bóvedas acoge las esculturas de este famoso escultor ateniense del siglo pasado, alumno de Bourdelle, y gran conocedor de materiales como bronce y arcilla.
A pocos kilómetros de Bergerac se encuentra la zona de viñedos de Monbazillac, donde se puede visitar el precioso castillo de evidente trazado renacentista que lleva su nombre y que data del siglo XVI aunque ha sido restaurado recientemente.
10 Comments
Me encata esto que dices😏
Siempre he pensado que el mejor viaje es el próximo.
Que es la vida sin viajar?
Para personas como tu o como yo, desde luego no sería nada, en ese caso sobreviviríamos pero no viviríamos. Mil gracias por tus comentarios, me ayudan mucho a seguir escribiendo. Besos
Como siempre quedo sorprendido con tus publicaciones, y un poco más culto. Gracias por compartir tus relatos.
Mi gracias a ti por leerme y como siempre por animarme tanto, con personas como tu da gusto escribir. Besos
Muchas personas pasan Francia para ir a otros destinos sin parar a conocerla ,este no es mi caso ya que recorrí parte de este precioso país ,sin duda Gema das perfectamente con el encanto de esta región , describes muy bien la ciudad haciendo que el que te lee quiera ir a conocer esa ermosa ciudad ,me encanta todo lo que escribes porque viajo con tigo ,
Mil gracias por tus palabras, viniendo de alguien como tu que se lo que valoras no sólo el recorrido que hacemos cuando viajamos sino también los lugares y las culturas que conocemos, son un halago tus palabras. Me encanta tenerte en mis viajes. Besos
Pues tendré que poner a Bergerac en mi lista de sitios por visitar. Me ha gustado mucho tu post.
Gracuas!!!!!
Mil gracias Isabel, es una zona que te gustará, tiene un poquito de todo, bonitas carreteras y además pueblos super chulos. Besos
Me ha encantado sentirme transportado en un relajado recorrido por la ciudad. Contemplando el presente y conectándolo con el pasado.
Un placer de lectura.
Mi gracias Dioni, viniendo de alguien que le gusta escribir tanto como a mi, tus palabras son un halago y un verdadero placer. Un abrazo