Amarapura, la ciudad de la inmortalidad…

Situada a once kilómetros al sur de Mandalay y a orillas del río Irrawaddy la ciudad de la inmortalidad fue fundada por el rey Bodawpaya quien la convirtió en capital en el siglo XIX.

U Bein es el símbolo de esta pequeña ciudad, el cual, impresiona a primera vista con sus mil trescientos metros de largo, que cruza el lago Taungthaman de lado a lado. Este puente de teca construido en 1851 es el más antiguo del mundo y durante un tiempo fue el más largo. Debe su nombre al alcalde que decidió construir esta infraestructura para habilitar el paso de la población local de un lado a otro del lago. Los materiales utilizados fueron recogidos del material desechado en el Palacio y Templos de la ciudad cuando ésta dejó de ser capital y fue trasladada a Mandalay.

Pasear por el puente es un regalo para los sentidos, el olor del agua mezclado con inciensos y aceites de los vendedores ambulantes, junto con el color que desprenden las barcas de los pescadores y las túnicas de los monjes hacen que esos enormes pilares parezcan pintados sobre las tranquilas aguas del lago, consiguiendo una postal cuando la luz rojiza del crepúsculo cae con dulzura sobre las aguas y las barcas con un movimiento rítmico dibujan unas perspectiva del puente difícil de olvidar.

Es una ciudad llena de color, sus talleres de seda muestran el tinte de sus telas que después son vendidas a lo largo y ancho del país. Hombres y mujeres doblan continuamente los tejidos arrojando cantidades de agua tintada que con la luz filtrada por los techos de sus patios adquieren unos colores dignos de fotografiar.

Pero sin duda el color predominante es el rojo burdeos de las túnicas de los monjes que viven y estudian en el Monasterio Mahar Gandaryone. Les acompañan con túnicas blancas los pequeños novicios. La disciplina del día a día se plasma en su puntualidad, en su dedicación rigurosa a sus estudios, rezos, tareas y ocupación de sitios en el comedor, cuando callados vacían sus cuencos de comida y discretamente, recogen y continuan con sus tareas.

Desde niños son llevados a este monasterio para comenzar su formación religiosa. Se les asigna tareas diarias, tales como cocinar, limpiar, barrer las calles, etc.

A una hora, normalmente a las 10:30 de la mañana, se reúnen para recoger las limosnas cada vez mayores por el gran número de turistas que se aglutinan entre sus calles en busca de una buena toma fotográfica.

Día a día también se acercan hasta allí un gran número de personas en busca de esas limosnas. Me fascinaron las caras de estas pequeñas llenas de thanaka, cosmético natural de color amarillo claro que suelen aplicarse en la cara y el cuerpo la mayoría de los habitantes del país y que se consigue moliendo la corteza del árbol thanaka con un poco de agua.

Además de estos dos sitios imprescindibles se puede visitar la Pagoda Kyauktawgy, construida en el año 1847 siguiendo el modelo del Templo Ananda de Bagan. Dentro de la pagoda se encuentra una figura de Buda de casi cinco de metros de altura, realizada en mármol. También encontramos otras pagodas como la de Pahtodawagy y la de Shwe Gu Gyi que es el edificio más antiguo de la ciudad. Y si se quiere visitar un pequeño museo sobre el budismo no hay que perderse el Monasterio Mahar Wai Yan Bon Thar.

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