Sri Lanka (Segunda parte – Matara, Playas, Tissamaharama – Parque Nacional de Yala)

Matara es un lugar poco frecuentado por los turistas, lo principal de esta ciudad son sus murallas, que después de ver las de Galle no merecen la pena, el Templo Parey Dewa  templo budista ubicado en una pequeña isla unido a la ciudad por un puente peatonal muy moderno que la verdad, confunde, y sobre todo lo más  interesante es la vida de la propia ciudad. Como siempre a la entrada del templo pagas una pequeña cantidad que lo llaman donativo pero que es obligatorio. Me llamó la atención la cantidad de parejas que había paseando por la playa y sentadas en los bancos cerca del templo cuando eran las nueve de la mañana.
Después de realizar unas cuantas fotos y pasármelo pipa con los alumnos de un colegio que fueron a visitar el templo, nos fuimos hacia el templo de Weherahena. Es increíble  lo que les gusta salir en las fotografías; para alguien como yo que adora las fotos de la calle esto es el paraíso, no tengo que robar fotos, te las piden,  a todo el mundo les gusta verse retratado.

A la salida de Matara, hay un desvío para coger la carretera de Weherahena, y tras un km visitamos el Templo Weherahena,  es una cueva artificial decorada con unas 200 escenas tipo viñeta de la vida de Buda, además hay una gran estatua frente a unas fuentes que según nos dijo el señor que nos contaba las historias de las viñetas, se encienden en contadas ocasiones.
Me encantó que en el templo hay una escuela y como era la semana en la que se celebraba la entrada del año nuevo, había numerosas fiestas en las clases, así que no pude más que acercarme y pasar un rato divertido con los nenes y sus carreras de sacos.

De camino a la Playa de Dondra paramos en el Uthpalawarna Sri Vishnu Devalaya,  templo hindú  sagrado que acoge a muchos peregrinos durante todo el año y principalmente en julio para la fiesta denominada “Esala”. Cuando llegamos vimos a la gente en plena ofrenda, depositando sus bandejas de frutas, flores, etc.,  el sacerdote del templo les da unas pequeñas hojas con arroz, precioso detalle tuvo un chico joven que iba con su mujer y dos hijos, al vernos nos llamaron, nos dieron de ese arroz para que lo probáremos explicándonos sus rituales, fue un momento entrañable,  sin duda, la gente de ese país me gusta cada  cada vez más.

Continuamos hacia la playa de Dondra (lo que más me gustó fue la parte del faro, donde se observan preciosas palmeras entre grandes piedras donde rompe las azules aguas de esta zona , Goyambokka (lo más bonito sus aguas turquesas) y Talalla (pequeña pero preciosa) , desviándonos a los templos rupestres de Mulkirigala, cerca de Tangalla.

Están en una rocas que se accede a ellos a través de unas horrorosas escaleras, esto es una  de las cosas que ya empezaba a ver, cada vez que fuera a visitar un templo me tocaría pegarme la paliza a subir escaleritas.
En estas cuevas se pueden observar muchas estatuas de Buda reclinadas, sedentes, etc., además de unas pinturas rupestres y una pagoda con buenas vistas.

Me encantaron las vistas del restaurante (bastante turístico) Tangalla, está en la misma carretera, la comida está bien y tras comer dentro, el tecito sentada con esas vistas estuvo fenomenal.
Después de comer, nos fuimos hacia Tissamaharama, con el objetivo de visitar  el Parque Natural de Yala al día siguiente. Esta ciudad no tiene nada como la mayoría de las ciudades de Sri Lanka, es una calle donde hay algunos restaurantes y hotelitos; a la llegada a la misma, empiezas a ver por todas partes los jeeps que te llevan a los Parques Naturales de Yala y Bundala.
De aquí lo único que destacaría es su precioso embalse, donde la gente además de ir a admirar su belleza, van a bañarse y otros a lavarse.También se puede ver el templo budista Yatala Wehera y una gran pagoda blanca que por la noche está más o menos bonita iluminada.

 Para pasar esta noche cogimos unas cabañas, Richards Cabanas, es un sitio monísimo, las cabañas están equipadas estupendamente bien y lo mejor que tiene es su dueño, como no me gustó ningún restaurante para cenar, decidimos cenar en el hotel, nos trajeron la cena a la terracita de nuestra cabaña (igual o más barato que en los restaurantes) y estaba realmente buena. Tomamos un arroz curry de pollo y otro de pescado y lo mejor fue el postre, no soy nada golosa, pero nos trajo una especie de crepes rellenos de coco, papaya y plátano con chocolate, que estaban para morirse.
La amabilidad del dueño de este hotel que era nepalí, fue impresionante, estuve en la terraza hablando con él durante horas, me contó un montón de cosas de la isla, de las gentes, desde luego fue súper agradable, sin duda si vuelvo por allí, me alojaré en este lugar.
Aunque me hubiera quedado toda la noche hablando con él, había que irse a dormir porque las 04:30 de la mañana llegaban pronto, habíamos quedado con el chico  del jeep para hacer el recorrido por el parque a las cinco. Se lo tienen bien montado para sacar el dinero a los turistas, los recorridos en el Parque se hacen en jeep, así que además de pagar la entrada al parque luego tienes que coger uno, lo que hace casi todo el mundo es negociar con los jeeps en el pueblo el día anterior y ya ellos se encargan de sacar las entradas, pero también  puedes sacar tu el ticket y en la entrada del parque contratar el jeep. Normalmente los recorridos suelen empezar a las cinco (el parque abre a las 06:00) y acabar como a las once.
A las 05:30 estábamos en la puerta del parque con nuestro desayuno en tupper que nos habían preparado en el hotel, esperando a que llegaran las seis y empezar a ver el desfile de jeeps, que afortunadamente como ahora no es temporada alta no había muchos, pero aún así es gracioso ver como se van comunicando entre ellos, para ir avisando de dónde se encuentran los animales.
Entramos en el parque y desde el primer momento empiezas a ver diferentes aves, búfalos, cocodrilos, mangostas y de repente vemos que el conductor del jeep pega un frenazo y a una velocidad increíble da la vuelta y empieza a correr diciendo que han localizado un leopardo, los botes del coche son exagerados, pero lo peor es ver cómo van todos los jeeps hacia la misma dirección, es para nota. Cuando llegamos a la roca donde se suponía que estaba durmiendo, y digo se suponía porque aunque es cierto que estaba, estaba tan retirado que si me ponen un peluche con forma de leopardo también me lo creo, vamos que vimos un leopardo en la distancia.
El resto de los animales los vimos muy de cerca, incluso los elefantes que son más difíciles de ver  en este parque los tuvimos a un metro, la verdad es que ver amanecer en ese parque con esa cantidad de animales es una auténtica gozada, y hacerlo con un conductor tan encantador como lo hicimos más, nos reímos mucho con él porque como su padre y sus amigos también trabajaban en el Parque nos llevaba rápidamente y nunca mejor dicho, a todos los sitios donde poder divisar animales, es increible cómo conocen la reacción de los animales.

Tras el Safari, continuamos dirección Ella, esta zona desde luego es de las más bonitas de las isla, este pueblo (vamos es una calle con varios restaurantes, tiendecitas y una estación de tren) se encuentra en la montaña, fue una gozada llegar por la tarde y ver que no hacia tanto calor como en el resto de los sitios, hasta necesité ponerme la sudadera, sin duda un alivio.
De camino a Ella paramos para visitar el Templo Budurwagala cerca de Wellawaya, donde encuentras imágenes de Buda talladas en la roca, rodeadas de imágnes más pequeñas y un impresionante Buda de 15 metros en el centro. Al salir del templo nos encontramos con una excursión de chavales que iban a visitar el templo, como ya habíamos visto anteriormente no paran de pedirte que te hagas fotos con ellos y te permiten hacerles todas las fotos que quieras.
Siguiendo por la misma carretera te encuentras las cascadas Rawanna.  Seguramente en la época lluviosa sean muy bonitas, pero ahora no bajaba demasiada agua con lo cual tampoco nada digno de señalar… eso sí, como siempre en estas zonas, hay muchos personas que te quieren vender piedras como si fueran piedras preciosas, souvenirs y cosas varias, aquí hay que tener cuidado como siempre con los monos, hay muchísimos y como siempre ellos tan encantadores y esperando quitarte gafas, comida o lo que te prestes.

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