Situada en el noreste de Francia a pocos kilómetros de Alemania y de Luxemburgo y en la confluencia de los ríos Mosela y Seille, la bonita Metz, capital del departamento de Mosela y encrucijada de los principales ejes europeo, posee un gran patrimonio que combina muchos siglos de historia y arte contemporáneo.
La antigua capital de la región de Lorena, ha sido un lugar admirado y querido por escritores, músicos y pintores, pero también por aventureros, que realizaban una parada antes de comenzar a explorar los alrededores del valle de Mosela.
“Metz de espléndidas campiñas, ríos de fértiles ondas,arboladas laderas, encendidas viñas (…)”P.Verlaine
La huella de la Edad Media marca su notoriedad en la Place de Change conocida también como Place Saint-Louis construida en el siglo XIII.En el barrio medieval de Outre-Seille se encuentra la Puerta de los Alemanes, entrada a la ciudad amurallada y cuyas murallas hoy conforman un sendero llamado Camino de las Corporaciones que no hay que dejar de el transitar. Sobre unos baños romanos encontramos la antigua iglesia de Saint-Pierre-aux-Nonnais y cerca la Capilla de los Templarios, que data del siglo XII.
La Colina de Santa Cruz resalta sus más de tres mil años de historia a través de calles adoquinadas, archivos municipales custodiados en el Claustro de las Recoletas, iglesias como la de Santa Segolene o la de las Trinitarias y el Museo de la Cour d´Or, donde te trasladarás de época a época, repasando la arquitectura regional a través de sus colecciones de arqueología galorromana, arte medieval y bellas artes. Bajo los adoquines rojos de la ciudad y uniendo la colina con el centro de la misma , paseamos por la calle Taison descubriendo la leyenda de la localidad, el gran Graoully, dragón mítico que vivía en la arena del anfiteatro de Metz. Se dice el terrible animal había devastado la ciudad varias veces acompañado de serpientes, hasta que fue expulsado por San Clemente de Metz, el primer obispo de la ciudad. No desprende terror sino todo lo contrario, el simpático dragón está colgado en medio de la estrecha calle, pero también se pueden encontrar estas míticas figuras en la catedral y en decoraciones de diferentes pubes y cafeterías.
Esta danza de estilos repartida por la ciudad, es protagonizada por la catedral de los ocho siglos que cuenta con cuarenta y dos metros desde el suelo hasta la bóveda. La Catedral de Saint-Étienne, conocida como “La linterna de Francia», es uno de los templos más altos del país, que además cuenta con un mosaico de vidrieras de 6.500 metros cuadrados, realizados por numerosos y famosos artistas, tales como: Marc Chagall, Valentin Bousch, Jacques Villon o la artista conceptual surcoreana Kimsooja. La magnífica piedra amarilla de Jaumont, que cuando le da el sol le convierte en un fantástico templo dorado, es una muestra de la cara germana que ha tenido la disputada ciudad, que ha sido territorio alemán dos veces en poco más de un siglo. Es fascinante ver a la grandiosa catedral junto al corazón de la ciudad de diseño puramente francés del siglo XVIII.
Junto a la catedral y al mercado, que por cierto es un buen sitio para dejar la moto, las calles aledañas de la bonita y animada ciudad se llenan de terrazas, tiendas y lugares de ocio. No dejar de visitar el mercado cubierto ya que se muestran las delicatessen de la gastronomía francesa a bastante mejor precio que en otras ciudades francesas.
Junto a los bonitos barrios céntricos y medievales, se encuentra el Barrio de las islas, que recuerdan la elegancia francesa del siglo XVIII. La ciudad posee tres islas habitadas unidas por preciosos puentes decorados con flores donde las hermosas fotografías están aseguradas. El paso del río formando meandros en la ciudad , las cuidadas y verdes riberas junto a las zonas ajardinadas convierten a esta ciudad es una de las ciudades con más zonas verdes del país. Aquí también se encuentra la ópera-teatro, que es la más antigua en activo del país ya que fue el primer teatro civil. Pero además también se puede visitar la Abadía de San Clemente y la iglesia de San Vicente.
Si hay una imagen que me gusta es desde el puente de la Prefectura, además de las vistas panorámicas de las ciudad, visualizar también el Templo nuevo, esa imagen es de las que recuerdan a otra ciudad que me encanta que es Annecy. Si quieres conocer algo sobre Annecy y ver algunas fotos pulsa en: Lago Annecy…símbolo de la “bonne vie”.
Pero todavía la ciudad ofrece más maravillas arquitectónicas, así podemos visitar el Palacio de Justicia, la antigua abadía real de San Arnaldo, la capilla de los Templarios o la iglesia de San pedro de las monjas, en el barrio de la Ciudadela. Asimismo, enfrentándose con esta arquitectura nos encontramos que la ciudad es la meca del arte contemporáneo, y así, la ciudad mira al futuro a través de su centro de arte Pompidou-Metz. Con un diseño de Shingeru Ban y Jean de Gastines, el centro evoca con su cobertura de madera un sobrero chino. También se puede ver su evolución a través del edificio militar que se encuentra en el Arsenal, que fue transformado y hoy es una gran sala donde según el director ruso Mstislav Rostropovich, es la “sala con la mejor acústica de Europa”. Y por supuesto no olvidar la gran cantidad de zonas verdes existentes, que llega a su extremo en el parque donde está la ciudad universitaria cuyo estanque está conectado con la red de canales europea. Para llegar allí, se puede pasar también por la gran estación de trenes de la ciudad, construida durante época germana, de estilo neorrománico, donde te puedes sentar para disfrutar de sus frisos y bajorrelieves de extremada belleza.
4 Comments
Preciosos lugares y maravillosas fotos.
Mil gracias, es una ciudad preciosa donde las fotos se hacen solas. Besos
Muy bonito e interesante.
Gracias Gema
Me alegro de que te guste y mil gracias a ti. Me encanta tenerte en mi blog. Besos