«El Escorial» asturiano

A la sombra del Monasterio de San Juan Bautista,  donde la historia y el arte se dan la mano, se encuentra un pueblito con un precioso puente medieval, aunque reconocido como puente romano. Reconstruido en 1571, según la inscripción que se conserva en una de las piedras, el puente de medio punto de vano único  se alza considerablemente sobre la calzada, lugar por donde abandona su paso los caminantes del denominado Camino Natural, que recorren los primeros kilómetros de la etapa, por una pista asfaltada paralela al río hasta la localidad de Retuertas.

Corias, se encuentra formado por diferentes pequeños barrios con sabor de antaño , denominados Palomar de Arriba y Abajo, Grandiella y La Regla, cuando los habitantes dedicaban sus días y noches a la venta de sus productos y vinos de la tierra a todos aquellos caminantes que transitaban por el Camino Real de Leitariegos que como vimos en el post dedicado a  Cangas de Narcea, comunicaba la zona asturiana con la castellana. 

Con un bar Casa Naxio y varios alojamientos turísticos Corias ofrece al visitante su gran joya que de su primitiva fundación no queda nada salvo la historia grabada en documentos. Los escasos vestigios medievales conservados en el Tabularium Artis Asturiensis de Oviedo y sus numerosas reconstrucciones ayudan a situar al mayor señorío monástico del occidente asturiano. 

En la primera mitad del siglo XI fue cuando los condes Piñolo Jiménez y Aldonza Muñoz, debido a motivos religiosos y económicos, decidieron construir un monasterio al que no le faltó el tema legendario de visiones y hechos sobrenaturales. Cuenta la leyenda que los condes que retrasaban continuamente su construcción, aceleraron la misma cuando uno de sus criados llamado “Suero” escuchó como el Todopoderoso le decía que comentara a sus señores que aceleraran su construcción y para que estos le creyeran le dio una bofetada marcándole la mejilla. 

Los devotos condes eligieron un solar en Corias levantando la primitiva iglesia conventual en 1022 e instalándose en ella la primera comunidad de monjes benedictinos en el año 1043. Después de un periodo de continua ascendencia económica, en la segunda mitad del siglo XV su auge disminuyó por una mala gestión económica de los abades. 

La iglesia del monasterio ha sufrido varias reconstrucciones siendo la última del siglo XVII, la cual presenta una planta de cruz latina con cabecera de ábside único y plano. Su sobrio ornamento  va en consonancia con el estilo dórico que domina el conjunto y los colores tierra de sus muros acompañados de las cuatro máscaras que adornan las pechinas del crucero que aluden a los cuatro elementos de la naturaleza (agua, fuego, tierra y aire).
También son singulares las figuras talladas bajo la tribuna del coro que se cree que eran los autorretratos de los canteros. Llama mucho la atención el contraste entre la sobria decoración de los muros con los retablos barrocos ricamente decorados con pan de oro y columnas salomónicas y su famoso Cristo románico de gran hieratismo del siglo XII, conocido popularmente como Cristo de la cantonada donde marca la tradición que el día de Pascua de Pentecostés los padres den  un ligero golpe de cabeza a los hijos pequeños con el fin de evitarles que crezcan con  mal genio y demás males mentales. Los Cristos románicos siempre me han gustado pero no tanto por la imagen como tal sino porque en vez de estar apoyados en una cruz, normalmente se les sitúa sobre el árbol de la vida como es este caso.

Y  si hay algo que destaca a nivel arquitectónico  es su fachada, quizá la mejor fachada clasicista de la comunidad,  estructurada en varios niveles.

El monasterio de estilo neoclásico fue reconstruido entre los años 1774 y 1808, por su aspecto sobrio y desornamentado lleva a hablar de un neoherrerianismo, de ahí que sea conocido como “El Escorial” asturiano. Su exterior es austero y lineal, sólo se muestran motivos plásticos y ventanas pero siempre en líneas horizontales de imposta. De planta rectangular, engloba en su interior dos patios, el claustro noble o procesional conocido como el «patio de los alumnos” y un patio de servicios.
El primero está formado por arcos de medio punto de mármol y piedra escuadrada en su planta baja siendo los pisos superiores articulados verticalmente con sobrias pilastras toscanas. El claustro está ajardinado y conserva una bonita “araucaria” árbol traído de Chile por los misioneros dominicos. En el centro se sitúa una fuete y el suelo del patio es organizado en calles longitudinales de diferente color de piedra, reservando unas para caminar y otras para enterramientos. El segundo patio es mucho más austero ya que evita todo tipo de ornamento presentando cuatro niveles de ventanas y líneas horizontales de imposta. 

En el año 1982 fue declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional  y en el año 2005 la mayor parte del monasterio está ocupado por las instalaciones del Parador aunque todavía se mantiene una pequeña comunidad de monjes dominicos en la sección dedicada a dependencias monásticas, de hecho, a la Iglesia del monasterio sólo se accede con una visita guiada. 

El Parador, uno de los más bonitos del país, cuenta con una preciosa biblioteca, spa y unas ruinas arqueológicas en el sótano del mismo. Cada habitación lleva el nombre de un pueblo de Asturias y en la puerta de cada una de ellas figura el famoso calzado de madera (madreñas)  que se utilizaba en el mundo rural para combatir el clima húmedo y lluvioso de la región. Además cuenta con restaurante, bar y la terraza ubicada en uno de los patios donde durante varios días he ido a última hora de la tarde y se respira una paz y una tranquilidad difícil de encontrar en otro lugar teniendo en cuenta que no deja de ser un lugar de ocio. No quiero dejar de hacer mención especial al personal que trabaja en el mismo, que muy amablemente me han dejado transitar libremente por todas las dependencias sin estar alojada allí.

4 Comentarios

    • Gema de los Reyes Contestar

      Mil gracias, es un sitio donde se respira una paz y una tranquilidad que dan ganas de quedarse allí a vivir. Besos

  1. Fantástico sitio, haces que estemos ahí de la manera que lo escribes. Muchas gracias y me parece genial.

    • Gema de los Reyes Contestar

      Es un lugar fascinante, me ha gustado mucho la zona y el pueblito. Mil gracias por comentar. Besos

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