La ciudad de las motos vuelve a vibrar

“Para ser campeón del mundo, primero
hay que ganar en La Bañeza” A. Nieto

Los preciosos murales de la ciudad de la moto se han visto acompañados este fin de semana de multitud de seguidores que un año más se han dado cita en la gran carrera de la Bañeza, único circuito urbano del país. 

Las palabras más escuchadas eran ¡Por fin! Y sí,  por fin había ganas de poder volver a disfrutar de ese olor a gasolina mezclado con ese sonido de motores de dos y cuatro tiempos que ya hoy tan pocas veces escuchamos. Más de 70.000 personas provenientes de todos los rincones de España y muchos de fuera de nuestro territorio, no han querido perderse el espectáculo. 

El viernes bajo un calor sofocante  comenzaba  el pase de verificaciones. Los miembros del Motoclub Bañezano chequeaban moto por moto y los pilotos tras conseguir su aceptación en la ficha naranja posaban bajo el cartel  ¡Otra foto para el recuerdo!

El viernes fue una tarde de presentaciones, coloquios, conciertos, elecciones de reyes y reinas de las fiestas y la apertura de la XVI Feria del Motor,  donde con sus más de treinta expositores se podían conseguir esas camisetas u otros accesorios que nos sirven a todos de recuerdo del gran premio, piezas para nuestras grandes compañeras de dos ruedas además de poderse disfrutar de una exposición de motos clásicas, gracias a la colaboración de Amigos de la Moto Clásica. Pero si con esto no era suficiente, este año la feria del motor tenía un añadido, podías llevarte a casa los libros de dos grandes viajeros Emilio Scotto y Gustavo Cuervo que con una enorme sonrisa firmaban y se fotografiaban con todos aquellos que se acercaban al stand.

“(…) esta ciudad está más viva que nunca, tiene ganas de ir hacia el futuro y seguir adelante, haciendo que las actividades que se desarrollan estén siempre en el punto álgido y en primera línea» Javier Carrera (Alcalde de La Bañeza)

El sábado amaneció temprano entre el ruido de todos aquellos que todavía estaban sin dormir y los que iban acercándose para disfrutar de un fin de semana que desde luego prometía emociones por doquier. La explanada se vistió de color, motos y tiendas de campaña, el calor era cada vez más intenso pero con la ayuda del Motoclub Bañezano y el ayuntamiento todo se paliaba. Podías acercarte al bar del motoclub para beber y comer a precios muy asequibles. Las parrillas de carne para los bocadillos ardían, no se paraba ni de día ni de noche, uno tras otro, pero lo mejor no eran los bocadillos,  eran esas sonrisas  de personas como Ana que no paraban de trabajar para que todos disfrutáramos. Desde aquí sólo puedo expresar mis felicitaciones y admiración por su trabajo y ayuda. Para paliar el calor también se habilitaron las duchas del polideportivo y las piscina a un módico precio. Desde luego, no se podía pedir más, el disfrute estaba asegurado. 

El sábado fue una auténtica fiesta de sonido y de color, la gente no  paraba de entrar y salir de la feria del motor, vermut moteros en peñas, todas las terrazas repletas de personas deseosas que llegaran las 15:30 horas para comenzar a ver los entrenamientos del Gran Premio de Velocidad. No importaba si tenías moto o no, si corrías o conocías a alguien que corriera o no, todo el mundo estaba allí, apoyando el gran premio.

Llegaba uno de los momentos duros para los pilotos, tenían que demostrar sus habilidades para poder pasar la criba y poder estar en esa parrilla de salida. Sus caras lo decían todo, ilusión, emoción, entusiasmo, concentración, todos querían estar en esa competición que este año celebraba una fecha especial, 70 años desde que las primeras motos rodaran por las calles bañezanas en un acto competitivo. 

¡Nada podía salir mal, todo estaba preparado! La nueva junta directiva del motoclub Bañezano con Sergio Vidales a la cabeza con la inestimable ayuda de los  miembros de la antigua junta directiva como el expresidente Jose Javier Morla trabajaban sin cesar para ofrecer a sus vecinos y a todos los que nos acercamos hasta allí momentos inolvidables e irrepetibles. 

Y tras un sol deslumbrante comenzaron los entrenamientos, el calor era sofocante pero no impidió que los visitantes estuviéramos allí aplaudiendo y fotografiando a todos esos pilotos atrapados en el mono de cuero y en el rugir de sus motores. 

Caía el sol cuando finalizaban los entrenamientos; cada uno con sus tiempos realizados  reían o lloraban, pero a ninguno les faltaban esas fuerzas y esas ganas de levantarse temprano para ver vestirse con las mejores galas ese gran circuito urbano. 

La noche comenzaba con el gran pregón las Fiestas Patronales en Honor a Ntra Sra de La Asunción y San Roque. Este año el pregón era sin duda un guiño al motor; lo realizaba Emilio Scotto, muy conocido por todos aquellos que nos apasiona el mundo de los viajes en moto. Emilio ostenta el récord Guinness al mayor viaje realizado en motocicleta y así, rodeado de los pequeños y no tan pequeños reyes de las fiestas, miembros del ayuntamiento y el alcalde, disfrutamos de su voz y buen humor.  A partir de ahí, la Bañeza se vestía de música, a cargo de la actuación de la “Banda Gaudí”.

Y llegaba el gran día, las calles eran un fluir de personas en una única dirección, ¡todos hacia el circuito urbano! Miraras donde miraras la ciudad estaba repleta de personas; balcones, terrazas, ventanas, calles, coches, cualquier lugar era válido para ver como volvían a encenderse esos motores de gasolina de las motos clásicas que llevaban dos años apagados.

¡El lugar de culto de las motos se había vuelto a encender, volvía el olor a goma!

El gran ambiente se dejaba ver, la emoción se palpaba cada segundo, la tradición, las motos y la adrenalina se agolpaban, dejando momentos inolvidables como el banderazo de llegada realizado por Emilio Scotto o la gran despedida de una leyenda. Todos los pilotos saben la dificultad que tiene este circuito, pero también saben el cariño que muestra hacia los mismos, y así con grandes olas de ovación y aplausos Benjamín Grau se despedía. 

«He corrido en muchísimos circuitos, pero quería que el último fuera este que tantas veces corrí y en el que me sentí tan querido».  B. Grau

Tras dos vueltas de honor por un circuito  que le vio ganar hasta en seis ocasiones y que este año estrenaba las características líneas rojas y blancas, Benjamín le dijo adiós, pero dejando su nombre para siempre en esa curva número tres. 

El circuito se vestía de grandes amantes del motor, cada uno en su estilo, la ciudad de las motos aplaudía sin cesar y daba un gran reconocimiento cuando Emilio Scotto y Benjamín Grau recorrían curva a curva en un descapotable. Y así con todos los corazones en un puño se otorgaban los premios a Juan Francisco García, en Clásicas 4T, Sergio Fuentes que por séptima vez conseguía su trofeo en las Clásicas 2T y Álex Martínez emocionado por ofrecer a su hermano fallecido su título en GP125. 

La ciudad vibraba, pero este año además el gran premio llegaba a los corazones y los hogares de todos los que no pudieron asistir, ya que por primera vez el Gran Premio fue televisado en directo por RTVCYL. Sin duda esto es un paso más, hasta ahora las carreras se podían seguir sólo por la plataforma Youtube, con lo cual se puede decir que : 

El mundo de la moto está más vivo que nunca