La ciudad de las minas de plata…

Kutna Hora que significa “montaña excavada” está situada a unos setenta kilómetros de Praga.  Declarada  patrimonio mundial de la UNESCO cuenta con un empedrado y colorido casco antiguo y  una arquitectura majestuosa, concentrándose en ella una gran cantidad de edificios fruto de su pasado cuando era  la segunda ciudad más poderosa de Chequia, debido sobre todo a las minas de plata. A partir del siglo XVI, sucesivos desastres naturales, la epidemia de peste y la extinción de las minas sumieron a la ciudad en un declive del que ya nunca se recuperaría.

Pero aún así, encontramos un excelente manual de la arquitectura gótica de Bohemia en la catedral de Santa Barbara, patrona de los mineros que según cuenta la leyenda, la joven fue encerrada por su padre en una estrecha y oscura torre al querer convertirse al catolicismo. La construcción se realizó en varias etapas, llegando a construirse a lo largo de nada menos que de quinientos años. Esta fue iniciada por los habitantes de Kutná Hora con la intención de hacerle la competencia a la catedral de San Vito de Praga. 

Su fantástico exterior anuncia el sublime interior de la misma. Cinco naves deslumbran con una decoración suntuosa y unos techos que dejan con la boca abierta. Sus bóvedas decoradas con aristas circulares son un auténtico espectáculo, al igual que su gran número de obras artísticas barrocas y un presbiterio y bancos de estilo gótico tardío decorados con bancos tallados. 

Sus capillas están decoradas con frescos, algunos de temas mineros, pero los más importantes desde el punto de vista artístico se encuentran en la capilla sepulcral del empresario Michal Smisek similares a los que se encuentran en los Países Bajos. 

A pocos pasos de la catedral se conserva en parte la capilla gótica cuya construcción se inició como capilla de cementerio, la cual fue utilizada en los siglos XVII y XVIII por los jesuitas y posteriormente para fines profanos. 

Y además de la catedral, actualmente se puede ver la Iglesia arcediana de Santiago que sólo puede ser visitada a la hora del culto. Construida a principios del siglo XIV, no fue finalizada ya que en sus orígenes se pensaban construir dos torres pero la segunda nunca se realizó. Su interior es muy curioso porque se puede contemplar mobiliario que va desde el gótico tardío hasta el barroco. 

A parte de esta iglesia, hay dos más que merece la pena una visita. La Iglesia de San Juan Nepomuceno levantada en el siglo XVIII con un gran valor arquitectónico en su interior gracias a los decorados de estucos, pinturas al fresco y mármol. Y la Iglesia de la Madre de Dios en Nameti construida a finales del siglo XIV en el lugar que ocupaba una plaza de mercado medieval minero. En el interior de la iglesia se puede observar un valioso púlpito de piedra muy decorado además de la sepultura del famoso pintor checo barroco Petr Brandl. 

En 1626 los jesuitas llegan a la ciudad para proceder a la recatolización de la ciudad. La compañía de Jesús se dedicada fundamentalmente  a la educación de los niños y los adolescentes, así que a pocos metros de la catedral, se levantó el colegio entre 1667 y 1700, siguiendo el proyecto del arquitecto italiano Domenico Orsi. Destaca  su arquitectura en cuanto a la forma se refiere,  ya que imita a la de la letra F, en honor a los reyes de Habsburgo Ferdinand y Ferdinanda. Los jesuitas querían unir la catedral con el colegio y para ello realizaron un puente que fue decorado con doce grupos escultóricos de santos. En los pedestales están sus nombres y las inscripciones que servían de cronogramas según los que se podía averiguar la fecha de la realización de la estatua o bien la fecha de un acontecimiento importante. 

Pasear por la romántica callejuela que transcurre a lo largo de las antiguas murallas es una auténtica delicia. Su nombre se debe a la familia burguesa de Ruthard. Antes de la fundación de la ciudad había una torre fortificada que formaba parte de la antigua ruta comercial que pasó a unirse a las murallas formando parte a una nueva sede señorial utilizada por los oficiales reales.

En 1490 adquiere el Castillete el empresario minero Jan Smisek, quien lo transforma en magnífica mansión patricia con toda suerte de decoraciones aplicadas en la arquitectura de la época. Destacan sus techos renacentistas decorados, salas con bóvedas góticas, pinturas originales provenientes de antes de 1504. Actualmente alberga el Museo Checo de la Plata con exposiciones dedicadas a la ciudad, la historia de la extracción y la elaboración de la plata y también al estilo de vida de la nobleza empresarial minera. Además el Museo lleva la mina medieval que se puede visitar, así que con un traje minero de época se puede pasear por ella viendo espacios de agua, una máquina de transportar minerales del siglo XVI, etc. 

Kutna Horá también es famosa por sus bonitas  casas, la Arcedianato, conocida como la escuela renacentista que preparaba a los alumnos para el acceso a la Universidad,  levantada entre 1594 y 1595, destaca su hermoso portal de mármol  donde se encuentra la inscripción en latín, sobre la importancia del estudio para el hombre. 

La Casa de la Moneda edificada en el siglo XIII fue la sede de las administraciones monetarias y mineras. Cuando se produjo la reforma de la moneda, se invitaron a especialistas italianos y desde ese momento el edificio lleva el nombre de Corte italiana. En la planta baja se instaló el taller de vacunación y en forma de estrella se colocaron las forjas donde se daba forma a las piezas de metal preparadas para la acuñación. Se añadieron nuevas salas y hoy todavía se puede leer en la puerta la frase “No me toques”. Con la decadencia de la minería, la actividad de la Casa de la Moneda se suprimió en 1727 y al edificio se le dio usos diferentes. Se reconstruyó gracias a las ayudas de los habitantes de la ciudad siendo la parte más valiosa la Capilla real consagrada a San Wenceslao, patrón de Bohemia y posteriormente a San Ladislao, patrón del reino de Hungría.  La capilla fue construida en 1386 y es una gran obra gótica decorada hoy en día con pinturas modernistas. La Casa de Piedra es una auténtica maravilla, de estilo gótico tardío. Construida antes del período husita y ha conservado tanto su estructura como sus sótanos. La casa ha sufrido varias reconstrucciones  y en la actualidad alberga la exposición que lleva el nombre: Kutná Hora, ciudad real minera, vida y cultura entre los siglos XVII y XIX.  Además de destacar su maravillosa fachada, podemos ver sus maravillosas salas abovedadas y sus pinturas. La Casa Sankturinovsky sede del servicio de información. Levantada en el siglo XIII y reconstruida en el período barroco era utilizada para fundir y purificar el mineral de plata. 

Además se pueden contemplar la conocida columna de la peste construida entre 1714 y 1716 como expresión de ruego para conjurar la epidemia de peste que se había cobrado la vida de 6000 personas. Sobre la columna está la figura de la Inmaculada Concepción y también no hay que dejar de ver la Fuente de Piedra construida entre 1493 y 1495 con un gran decorado circular rematado con pináculos. 

Pero sin duda lo más visitado de la ciudad es la Iglesia de todos los Santos situada en Sedlec, barrio de las afueras de la ciudad, ya que en ella se contempla un impresionante espectáculo formado por miles de huesos en forma de lámparas, cruces, escudos, etc. Si quieres ver más sobre el Osario de Sedlec pulsa en El tétrico destino turístico de Sedlec

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