¿Quién no ha oído hablar de Hamlet? ¿Quién no ha dicho u oído alguna vez “to be or not to be”? Quizá esta frase sea la cita más conocida del mundo del teatro, y fue aquí, en el castillo de Kronborg donde el gran dramaturgo británico Willian Shakespeare dio vida a Hamlet.
El castillo se encuentra ubicado en la ciudad de Elsinore y se extiende hasta el estrecho de Oresund. No sabría cómo definirlo, ¿Palacio medieval? ¿Castillo renacentista? ¿Fortaleza?, pues la verdad es que es un poco de todo.
La historia del castillo, tal y como se describe en su guía de visita que la podéis encontrar en varios idiomas, se remonta a una fortaleza, denominada Krogen, construida en la década de 1420 por el rey danés Erico de Pomerania en el lugar más angosto del estrecho. En 1425 se introdujo un arancel para los buques extranjeros que utilizaran esta vía. Como contraprestación, el rey garantizaba una travesía segura con demarcaciones costeras, balizas y protección contra piratas.
La fortificación se elevaba tras unas murallas de catorce metros por encima del mar y con un grosor de cuatro metros. El castillo ubicado en un promontorio arenoso en forma de gancho, de ahí su nombre, constaba de una base cuadrada, donde estaba la casa real, la sala de las fiestas y la capilla.
Cuanto Federico II se convirtió en rey, transformó el castillo medieval, en un gran castillo renacentista. Empezó por remodelar los viejos muros y en 1577 una nueva cadena de fortificaciones rodeaba el castillo. Además levantó dos plantas más al castillo en 1585, aquí fue cuando el castillo pasó a nombrarse Kronborg, el nombre que hoy permanece. Tal era lo que quería el nuevo rey mostrar con su nuevo palacio, que si alguien utilizaba el nombre antiguo, debía pagar una multa de un “rosenobel” al rey.
¿Pero qué era un Rosenobel? Moneda inglesa cuyo valor correspondía al precio de un buey bien alimentado.
Pero la noche del 24 de septiembre de 1629 se produjo un gran incendio en el palacio, permaneciendo sin llamas unas pocas estancias como por ejemplo la iglesia. De esta manera, el hijo de Federico II, decidió reconstruir el castillo en contra de lo que quería su corte ya que se estaba pasando por un mal momento económico. Su reconstrucción se financió a través de los aranceles modernizando su parte interior
Debido a los continuos enfrentamientos con Suecia, bajo el mandato de Cristian V, se mandó construir un hornabeque en forma de corona entre los años 1688 y 1690, y fue ahí cuando la familia real dejó de utilizar el palacio y en 1785 pasó a manos del ejército siendo utilizado como cuartel. En 1915 se abrió el primer espacio al público, acogiendo el Museo Comercial y Marítimo y desde ahí poco a poco se fueron abriendo más espacios y fue en el año 2000 cuando el castillo fue incluido Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El acceso principal es la puerta del hornabeque coronado que lleva inscrita la fecha de 1690 aunque fue ampliada en 1735. Se puede leer la inscripción del poeta danés Thomas Kingo.
“Pasad si de ello sois merecedores, mi arco dejo descansar
Y abro la plaza para que contempléis el coronado castillo
Tres reyes sobrevivió, ha visto agua, fuego y disparos
Pese al mar, pese al fuego, pese a conspiraciones enemigas”
Una vez traspasada y antes de entrar en el patio del palacio se puede contemplar en un muro el relieve de Shakespeare, obra esculpida por el danés Einar Utzon-Frank. Hay varias teorías sobre la presencia de Shakespeare en el palacio. En sus obras de teatro, el dramaturgo utilizaba muchos detalles locales, tales como los brindis que el rey solía acompañar de salvas de cañón, habla de los bastiones, de la decoración, etc., por lo que unos defienden que el autor estuvo en el castillo. Pero también se dice que en la obra del dramaturgo se habla de un jardín inexistente en el castillo, lo que podría probar que no estuvo allí nunca; pero si se investiga un poco, tanto Federico II como Cristian IV utilizaban el jardín y el mirador que se encontraba a las afueras de la ciudad llamado Lundehave, pero que era conocido como el jardín de Kronborg.
En la visita al castillo se puede acceder a la Cancillería que era una oficina gubernamental desde donde el rey dirigía el país cuando se encontraba allí. Actualmente se pueden ver mesas, arcones y armarios reconstruidos o adquiridos en tiempos posteriores. A continuación encontramos la Biblioteca, la verdad es que sorprende su nombre porque realmente no es una Biblioteca sino una Sala de lectura, donde se encuentra un mapa y grandes bloques terráqueos de madera.
Después se pasa a la Sala del Rey, hay que tener en cuenta que en aquella época no había diferencia entre el rey como persona y como representante del reino, por lo que además de ver la Sala de trabajo también se puede visitar la zona de los dormitorios y sus galerías.
De ahí se puede proseguir hasta la Gran Sala de baile, que en aquella época llegó a ser la Sala más grande de baile de Europa. Decorada con objetos de oro, plata y pinturas al óleo, se pueden ver imágenes de batallas en Alemania, España, Francia, etc.
La capilla, utilizada como sala de esgrima cuando el castillo funcionaba como un cuartel, data del siglo XVI ya que fue la única sala que no se incendió. En el trono se pueden ver tres aberturas redondas en la galería, además está también el escudo de armas del rey.
No olvidar pasear por el exterior del castillo para poder ver los cañones que a día de hoy todavía funcionan para destacar acontecimientos importantes. Si lo que se quiere es hacer un recorrido por ese castillo literario siguiendo los pasos a Hamlet, nos detendremos en la gran explanada donde comienza la primera escena de la obra, y es aquí donde Hamlet se encuentra con el fantasma de su padre. Pasaremos por la Sala de la reina, donde Hamlet por confusión mata a Polonio que está escondido tras un tapiz. Y finalizaremos en la Sala de baile cuando se desarrolla el duelo mortal entre Hamlet y Laertes.
Otra posibilidad es apuntarse a una de las visitas guiadas que el propio castillo ofrece llamada Siguiendo las pistas de Hamlet. El recorrido permite conocer dónde transcurren las escenas de una de las mejores obras de la literatura universal.
CASTILLO DE FREDERIKSBORG
El castillo más grande de Escandinavia se encuentra en la localidad danesa de Hillerod sobre tres islotes del lago Slotsso. Construido en la época de Christian IV y levantado en el mismo emplazamiento donde había habido una fortaleza menor erigida en tiempos de Federico II, de ahí su nombre. Además de sus magníficas salas, tales como la Capilla, la Rosa o Sala de Caballeros, la Sala de Audiencias y la de Ceremonias, el museo incluye las colecciones de retratos y pinturas históricas más importantes de Dinamarca, así como exquisitos ejemplares de arte decorativo. Su colección Cronológica ilustra la historia de Dinamarca desde 1500 hasta la actualidad.Tras un gran incendio, el castillo fue reconstruido basándose en antiguos planos y pinturas. Gracias al apoyo social y al cervecero J.C. Jacobsen el edificio y sus habitáculos fueron restaurados en 1882, abriendo al público como Museo Nacional de Historia.
Si se llega a la estación se puede acceder fácilmente por la calle principal del pueblo que pasa por la zona del lago y desde ahí se pueden contemplar unas vistas del castillo en su totalidad.
Tras bordearlo se accede al mismo por la puerta principal y lo primero que se ve es su preciosa Fuente de Neptuno, Dios del mar, que viene a simbolizar la importancia de la monarquía danesa durante el siglo XVII. Actualmente la fuente es una copia de la fuente original, la cual, se encuentra en los jardines del Palacio de Drottningholm perteneciente a la monarquía sueca.
Una vez en el castillo, podemos acceder a varias salas donde destacan:
La Rosa o Sala de Caballeros: Es una espacio reconstruido como en la época de Christian IV en la que era utilizada como Sala de banquetes. Arquitectónicamente encontramos un conjunto de bóvedas rebajadas que se sustentan sobre pilares. Alrededor de estas salas encontramos exposiciones temporales a lo largo de todo el año.
La Capilla: La primera construida en la época de Christian IV y la segunda bajo el mandato de Christian V son de las salas más excepcionales que se pueden ver durante la visita. La Capilla fue una de las pocas estancias que sobrevivieron al incendio. La alargada capilla está culminada por un conjunto abovedado ornamentado con estucos. Los pilares que sostienen la bóveda disponen de columnas adosadas.
Sala de Ceremonias: Reconstruida al estilo de la época de Christian IV. En esta sala se pueden ver pinturas, muebles y objetos que reflejan el estilo artístico de principios del absolutismo.Además se puede ver el Gran Salón, los dormitorios y en las plantas superiores, se pueden admirar colecciones de pinturas de los siglos XX y XXI, exposiciones de fotografía, videos, etc.
Y por último, no hay que perderse en la parte posterior del castillo, los jardines que al igual que el resto, fueron destruidos en el incendio por lo que también han sido restaurados en múltiples ocasiones. En 1996, a partir de los bocetos realizados por J. C. Krieger importante arquitecto y paisajista danés, que estuvo a cargo del diseño de los jardines reales a comienzos del siglo XVIII fueron restaurados tal y como se muestran actualmente. Los jardines están inspirados en un estilo romántico inglés, con caminos sinuosos que serpentean a través de árboles, canales, lagos, pequeñas islas e incluso una pequeña cascada artificial.
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