Principales ciudades balneario de Bohemia…

Los balnearios de la República Checa cuentan con una tradición centenaria y son de los mejores del mundo ya que el país está surcado por manantiales curativos como  por ejemplo el de Podebrady situado en el centro de Bohemia. El concepto de las ciudades balnearios cercanas a Praga  van más allá de ser un simple SPA al uso, no se queda en  lo más o menos lujosas que son  sus cabinas de estética, termas o piscinas con olas, aquí se alcanza el “Salutem per aquam” salud a través del agua, una práctica medicinal llegada desde la época romana. La palabra “spa” procede  de la ciudad belga llamada Spa en la provincia de Lieja que significa “balneario”, conocida por sus baños desde la época romana.

Pero investigando un poco vemos que a esta unión de tres siglas le corresponden numerosas combinaciones de palabras, hay alguna que no tiene ninguna fundamentación lingüística, como que son las iniciales de los nombres de los tres grandes filósofos de la Antigüedad Sócrates, Platón y Aristóteles, sin embargo la explicación que más fortuna ha hecho es la de las iniciales “Salutem Per Aquam”. Lo que sí que está claro es que viene de la época romana y por todos son conocidas las famosas termas romanas,  recintos públicos destinados a baños siendo los puntos de encuentro o un elemento esencial en la vida urbana de la época. 
Ya en la obra de Plinio el Viejo, Naturalis Historia, en su libro XXXI se dice “ Tungros, ciudad de la Galia, tiene una fuente famosa que destila el agua con muchos borbotones, de sabor ferruginoso que sólo se percibe al terminar de beber. Esta fuente purga los cuerpos, elimina las fiebres tercianas y la enfermedad de los cálculos. Esta misma agua, puesta al fuego, se vuelve turbia y finalmente se pone roja Es cierto que también otros hablan de que la palabra “spa” tiene relación con lenguas nórdicas, pero lo que no cabe duda es que los baños eran famosos en el mundo romano, en la Edad Media y de manera muy especial se pusieron de moda a partir del siglo XVII entre la aristocracia de las cortes europeas.

Cerca de la bonita Praga, encontramos una preciosa ciudad de cuento embebida en un pequeño valle por donde pasa el río Tepla. Karlovy Vary, llamada así en honor al emperador Carlos IV que al pasar por allí  un día de 1370, en una de sus cacerías descubrió unas fuentes de aguas termales. La glamourosa ciudad por la que un día transitaron personajes históricos como Pedro el Grande, Casanova, Beethoven, María Teresa, Goethe, Bach, etc., muestra hoy un casco antiguo  de gran riqueza arquitectónica. En sus edificios barrocos de estilo moderno y neoclásicos junto a bonitas columnatas es donde se encuentran las famosas trece fuentes de aguas termales que emanan a diferentes temperaturas y cuentas con diversas propiedades. Se dice que es magia embotellada, la verdad no se si serán curativas o no , pero que el agua está malísima, es cierto. En  el Infocentrum, además de ser la oficina de turismo y proporcionar mapas e itinerarios, se puede ver una tabla con las diferentes fuentes y sus temperaturas, además de una pequeña explicación sobre los diferentes beneficios de las mismas. La columnata del Parque, conocida también como la Columnata del jardín,  está realizada en hierro forjado y data  del 1880.  Rodeada de zonas verdes con bancos blancos para el deleite del visitante, fue diseñada por Fellner & Helmer. Frente a ella está la neorrenacentista columnata del Molino, construida entre 1871 y 1881 y que consta de cinco fuentes, diferentes estatuas representando los meses del año y un pequeño quiosco de música. A continuación encontramos la columnata de hormigón y cristal, en cuya fuente se observa el géiser más importante de la ciudad, ya que expulsa agua a doce metros de altura.

La presencia espiritual está presente en la localidad fundamentalmente a través de la Iglesia de María Magdalena , iglesia católica más importante de la ciudad con sus dos torres gemelas barrocas. Data del 1730 y yo destacaría el altar subterráneo que hay en la cripta y un osario que reúne los huesos del cementerio del siglo XVIII que rodeaba a la iglesia en la antigüedad. También hay que destacar la Iglesia ortodoxa de San Pedro y San Pablo que tiene cinco cúpulas de bulbo y unos grandiosos murales exteriores que recuerda mucho a las iglesias rusas. También merece la pena destacar tres lugares donde las vitrinas bien merecen una visita: 

  • Museo del Cristal de Moser con más de 2000 objetos y donde también se puede visitar la famosa fábrica de cristal de Bohemia.
  • Museo de Jan Becher que está relacionado con el famoso licor de hierbas llamado becherovka.
  • Museo de Karlovy Vary que abrió sus puertas hace pocos años y que además de ofrecer exposiciones sobre la urbanización de la ciudad y la historia natural de la región, también trata el tema del cristal tan importante en esta zona.

Una de las cosas que más me gusta de esta localidad es el entrañable paseo siguiendo el cauce del río, ya que además de ser muy agradable, se pueden descubrir lugares como la Casa Mozart o la antigua sede de los Caballeros de Malta. También se puede descubrir los senderos del balneario, los cuales transcurren sobre los  bosques elevados del  trazado urbano para contemplarlo desde mayor altura. Uno de los  paseos más populares va desde este hotel hasta la Torre mirador Diana (mas o menos un kilometro y medio) donde también se puede ascender en un funicular que en cinco minutos llega a la cima. Fotografíar esta ciudad es una autentica gozada, al igual que tomarse un tecito en el famoso Grandhotel Pupp fundado originalmente como ayuntamiento de Sajonia en 1701 y remodelado en estilo neobarroco en 1907, obteniendo mucha fama desde que  apareció en películas como: Las últimas vacaciones de Queen Latifah o Casino Royale.

También es chulo fotografiar el conocido Salto del Ciervo que es donde se supone que Carlos IV descubrió las aguas termales y en la cima está el monumento de Pedro el Grande de Rusia. Ahora eso sí, si alguien se lanzara a probar esas aguas, recomiendo que lo acompañen con  las famosas obleas dulces llamadas Oplatky y así el sabor del azufre del agua será más llevadero. Se cree que el origen de las obleas se remonta al siglo XVIII, siendo la primera mención escrita en 1788. En un principio era una fina masa hecha con harina y agua termal, forma redonda y azúcar espolvoreada por encima. Se realizaba en las casas de huéspedes del Balneario para consumo de los clientes del spa. Están rellenas de diferentes sabores tales como, muesli,  vainilla,  chocolate, avellanas, etc.La Unión Europea reconoció a las Obleas como producto tradicional checo, dándole una protección especial.

La ciudad se viste de gala también durante la celebración del Festival Internacional de cine que se celebra cada año durante el mes de julio y que durante la época de la Guerra Fría fue relegado en beneficio del Festival internacional de cine de Moscú, recuperando su importancia en la década de 1990.

“La ciudad que es como una sinfonía de vivencias”

Marianske Lazne conocida internacionalmente como Marienbad es la romántica ciudad amarilla. 

Entre las colinas boscosas del bosque de Slavkov, con su espectacular arquitectura del siglo XIX se encuentra esta ciudad que atrajo a celebridades como Chopin, Edison, Goethe, Twain o Wagner. Entre las decenas de visitantes famosos recibidos destaca el nombre del rey británico Eduardo VII al que se le vio en ella en varias ocasiones, pero fundamentalmente a lo largo de los meses estivales, trasladándose así a ser este el centro de encuentro de grandes políticos y dirigentes alojándose en el lujoso hotel Nové Lázne, que a día de hoy mantiene las cabinas de baño del Rey, por las que se dice que  también pasó el Emperador Francisco José I, esposo de Sissi.

Es una ciudad pequeña, pero sin duda, despierta un interés difícil de ocultar y  no solamente por la ciudad sino también por sus alrededores ya que se concentran más de cien espacios curativos de aguas ricas en hierro. Su centro neurálgico es el Gran jardín de Vaclava Skalnika, en torno al cual se sitúan los lugares de mayor atractivo. En su paseo por la ciudad se puede visitar la Iglesia  neobizantina de la Asunción de la Virgen María, con sus dos torres gemelas blancas y amarillas de planta circular y la Iglesia ortodoxa de estilo bizantino de San Vladimiro que data del 1901,  realizada en ladrillo rojo y amarillo. También se puede disfrutar de la música,  efectos personales e información en el Museo del gran compositor Chopin que visitó la ciudad en 1836. 

Pero sin duda el gran punto de interés de la ciudad se encuentra al final de la avenida central del pueblo flanqueada por grandes hoteles, cafés, parques, etc., y que es  la columnata de Maximo Gorki junto a la fuente cantarina que muestra un espectáculo de sonido y luz muy reclamado por los visitantes Es un edificio realmente espectacular y de mayores dimensiones que las columnatas que se pueden ver en Karlovy Vary. Construida en 1889 sobre una base de estructura de hierro fundido, consta de 119 metros y porta dibujos neobarrocos. En el pabellón se encuentra el llamado manantial cruz, que fue el primero  del balneario, el cual lleva el nombre del gran escritor ruso Máximo Gorki, quien mucho apreciaba la ciudad checa.

La verdad es que esa zona es un museo al aire libre donde en ocasiones se escuchan conciertos de música clásica y ves pasar a la gente con sus jarritas de agua igual que en Karlovy Vary.

“Frantiskovy Lazne, la diosa de la fertilidad”

Su balneario, cuyo nombre se debe al emperador austro húngaro Franz II, fue fundado en 1793. Me encantó una descripción que  leí sobre la ciudad en una revista de viaje,  decían que sus encantadores edificios estaban construidos con azúcar por la mano de un gigantesco pastelero y puestos en una tarta nupcial.

Goethe la calificó como un paraíso terrenal por sus elegantes paseos, columnatas, jardines, edificios pintados de amarillo para dar energía y vitalidad contando con una docena de fuentes termales de agua carbonatada de las que dicen ser muy beneficiosas para el sistema cardiovascular,  así como, los  tratamientos de barros los primeros que se realizaron gracias a su yacimiento. De sus lugares más famosos cabe destacar el Vestibulo de las fuentes de Glauber construido en 1929 sobre las fuentes de la Iglesia. La iglesia romano-católica de la Elevación de Santa Cruz, la más antigua de su género en la República checa. El teatro de Bozema Nemcova, la columnata de la fuente salada y del prado, el pabellón de la fuente de Francisco, la popular figura de bronce del niño Francisco, del que se dice que si tocas el pulgar del pie izquierdo se solventan los posible problemas de fertilidad. 

Para mi lo bonito de esta ciudad es pasear por su calle principal, ver la Iglesia de la Ascensión de la Cruz, si se quiere saber un poquito mas de la ciudad acudir al museo municipal y relajarse en uno de los bonitos cafés o en el estanque junto a un libro de Milan Kundera que en su momento se sintió intrigado por la ciudad y situó aquí su novela “La despedida”.

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