Lugar estratégico a medio camino entre Europa y África que encierra un gran tesoro de naturaleza y cultura. Sus playas y calas son perfectas para aquellos que busquen relajarse bajo el sol, mientras que su destacado patrimonio arquitectónico y monumental donde se entremezclan los estilos árabes, italianos, británicos y su alma templaria, dejará a todo amante de la historia y del arte completamente encantado.
El archipiélago de Malta, muestra gran aspecto británico, perfectamente compatible con su mediterraneidad, aunque para el visitante lo más palpable es la circulación automovilística ya que se conduce por la izquierda. Aunque la gente cree que los británicos son los que marcan esa diferencia, realmente no es así, ya que fue Napoleón quien cambió la forma de conducir que era por la izquierda en toda Europa y sólo los dos territorios no invadidos fueron los que permanecieron con sus costumbres.
Del archipiélago destacan principalmente dos islas mayores que son Malta y Gozo y la pequeña isla de Comino.
La Valetta, capital de Malta y Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1980, envuelve con su construcción de piedra caliza, callejuelas repletas de tiendas vintage, cabinas telefónicas de la época británica, balcones de madera de colores, etc. La bonita capital barroca y neoclásica mandada construir por el Gran Maestre Jean de La Vallette en 1565 es la capital europea más pequeña, pero es la primera en ser planificada gracias a sus calles cuadrangulares y al abastecimiento del agua potable mediante tuberías.
Walter Scott decía que Malta “fue construida por caballeros y para caballeros”
Cuando los Caballeros de la Orden de San Juan de Malta llegaron a la isla, se instalaron en el pequeño pueblo de Birgu, hoy conocido como Vittoriosa, protegido por el fuerte de San Angelo. La ciudad de la Valetta fue planificada antes del asedio de los turcos, pero los planes se llevaron a cabo una vez que la comunidad cristiana donara amplias cuantías de dinero a los caballeros por haber derrotado a su enemigo, Sulimán el magnífico.
El corazón de la ciudad es la peatonal calle República donde se encuentran varios de los edificios históricos, como el Palacio del Gran Maestre, antigua residencia para los máximos dirigentes de la Orden, hoy sede del Parlamento. Dentro del Palacio se puede ver la Sala del Trono que es de las más antigua usada para recibir a los grandes mandatarios que visitaban la isla. La Sala de tapices, antigua sala de reuniones donde se encuentran bonitos tapices procedentes de Francia creados expresamente para esta sala, en cuyos diseños se encuentran diferentes clases de plantas y animales exóticos.La Sala Comedor y la Sala de Páginas – utilizadas en recepciones oficiales- o la Sala de los Embajadores, que se utiliza para visitas de embajadores y toma de posesión de altos cargos y la que alberga los retratos de todos los Grandes Maestres de la Orden de Malta.La Concatedral de San Juan finalizada en el año 1577, es una gran muestra de arquitectura barroca donde se celebraban las ceremonias de la Orden. La gran sobriedad de su fachada contrarresta con su increíble interior de muros tallados y cubiertos de pan de oro, grandes pinturas y bonitas bóvedas decoradas con pasajes bíblicos. Una de sus mayores joyas es el gran lienzo de Caravaggio La decapitación de San Juan Bautista.
Paralela a la calle República se encuentra la calle Merchants, entre las dos acumulan la práctica totalidad de la vida comercial y de los edificios oficiales de la ciudad. Me llamó mucho la atención la gran cantidad de bonitos cafés y preciosas terrazas que hay por la zona, por ejemplo encontré el Royal donde disfrutar de las vistas, el Cordina, los Piadina, Jubilee, o los Maniera que también son buenas opciones y menos turísticos que los primeros.
A pocos metros, la Casa Rocca Piccola, muestra cómo vivieron las familias nobles de la isla en el pasado, bueno, no sólo en el pasado, porque actualmente vive un marqués que si se tiene suerte y en ese momento está en la vivienda, contará muchas cosas interesantes de la ciudad, entre otras la historia del emblema de la misma, el origen del Fuerte Telmo, el cual se encuentra en su cercanía y actualmente alberga el Museo de la guerra, etc.
Desde los altos Jardines Barrakka, construidos en la década de 1560 situados en la parte superior del St. Peter & Paul Bastion se pueden divisar fantásticas vistas. Aquí se encontraban las baterías de cañones que defendían la entrada al puerto de posibles invasores y que hoy se dispara una única salva a las doce del mediodía. La vista panorámica sobre el puerto es realmente bonita divisando al frente una serie de pequeñas penínsulas, bahías y calas de gran belleza e interés cultural, que forman parte de las conocidas como “las tres ciudades” o “Cottonera”, Vittoriosa, Cospicua y Senglea Estas poblaciones que fueron de gran relevancia durante la estancia de los Caballeros de la orden, son hoy uno de los lugares favoritos de los visitantes para observar las grandes huellas de los Caballeros, considerados héroes en la Europa cristiana que permanecieron en la isla hasta su expulsión por el ejército de Napoleón.
Vittoriosa, antigua capital de Malta, todavía conserva la belleza en sus iglesias, paseos y callejuelas empedradas pese a haber sido duramente bombardeada durante la II Guerra Mundial. Cada rincón es una pequeña obra de arte que adquieren diferentes formas, desde escaleras hasta letreros o picaportes, siempre con esas flores en los balcones que te regalan un montón de capturas únicas e irrepetibles. La iglesia de San Lorenzo y las vistas desde el Fuerte de San Angelo son otras de esas cosas que no hay que perderse junto a la fortaleza Rikazoli muy conocida por ser el escenario de películas como Juego de Tronos. Cospicua también conocida con el nombre de Borgia es la más grande de las tres y desde donde se pueden fotografiar los grandes bastiones que fueron obra de los Caballeros de la orden de Malta. Además se puede visitar la iglesia de la Inmaculada Concepción, patrona de la ciudad. Y por último Senglea desde donde se pueden observar unos preciosos atardeceres desde el fuerte San Miguel. Desde la parte inferior de los jardines, se observa la zona de Kalkara y los rompeolas a ambos lados de la entrada del Gran puerto. Ahí se levanta la Campana del Asedio erigida en memoria de todos los que perdieron la vida entre 1940 y 1943 cuando las fuerzas alemanas intentaron tomar Malta. Caminar entre ese monumento y el museo que está paralelo a la calle Mediterrarean es un gran placer, ya que se puede disfrutar de casitas de piedra o ladrillo con pequeñas embarcaciones de colores. Al atardecer los jardines Hastings se convierten en un hervidero de turistas en busca de la gran fotografía, y las vistas desde la cercana Sliema se ha convertido en otro de los puntos comerciales, hoteleros y de hostelería de referencia en los alrededores de la Valeta.
Cerca de la capital, en la zona central de la isla se encuentra Mosta, con su Iglesia Parroquial del siglo XIX inspirada en el Panteón de Roma que cuenta con el honor de ser la tercera más alta de Europa. Como curiosidad también hay que tener presente que durante la primavera y verano de 1942 Malta vivió su periodo más crítico desde el Gran Asedio de 1565, con intensos bombardeos aéreos en el marco de la II Guerra Mundial. El 9 de abril de ese año unos 300 feligreses recibían misa en la Rotunda de Mosta cuando un proyectil cayó directamente dentro de la iglesia. De milagro no llegó a detonar, salvando a los allí presentes de una muerte segura. En honor a este episodio, en la sacristía de la iglesia se conserva una réplica de esa bomba.
“Mdina y Rabat, donde se mezcla la arquitectura medieval y barroca”
Mdina, ciudad perfectamente amurallada compuesta por un entramado de callejuelas y hermosos palacios reivindica los orígenes de la Cristiandad ya que fue aquí en el año 60 d.C, donde se cree que vivió el Apóstol San Pablo.
Fundada por los fenicios, fue capital de Malta hasta que los templarios decidieron trasladarla a Valeta. Conocida como la “ciudad del silencio”, la localidad, cuya construcción se realiza en marrón claro, recuerda el ambiente de lo que podría ser un asentamiento en la época medieval. Al atardecer, las calles se iluminan con sus bonitos faroles y se recrea un ambiente totalmente mágico mezclado con el olor dulce de las maravillosas tartas de la pastelería Fontanella Tea Garden acompañadas de un buen té.
Sustituyendo a la antigua catedral, destruida tras un terremoto en 1693, se encuentra la Catedral de San Pablo donde se dice que el apóstol convirtió al cristianismo al gobernador romano Publius. Una muestra de los hábitos de vida de la nobleza medieval que ha sobrevivido al paso del tiempo y al terremoto es el Palacio Falson, edificado a finales del siglo XV. Además se pueden ver el Palacio de Vilhena que alberga el Museo de Historia natural y el Convento de las Carmelitas.
La herencia cristiana de Rabat hace que la ciudad sea rica en conventos, monasterios e iglesias. Antiguamente era un suburbuio de la capital, de ahí que uno de los lugares más conocidos sean las catacumbas de San Pablo, lugar de enterramiento durante la época romana. Más tarde fue utilizado por los cristianos para reunirse clandestinamente. Junto a ellas y bajo la iglesia barroca de San Pablo construida en el siglo XVII se encuentra la gruta del apóstol, se supone que fue aquí donde el apóstol se refugió tras el naufragio que sufrió cuando era trasladado a Roma para ser juzgado. También se pueden visitar las catacumbas de Santa Agata, las cuales, esconden una pequeña basílica que aprovecha la sinuosidad del suelo y que está decorada con frescos bizantinos y grecorromanos.
Dos museos cierran la parte más interesante y cultural de la ciudad, La Domus romana, descubierta en 1881 ,la cual, permite comprender la vida cotidiana de una familia aristocrática romana; y el Museo Wignacourt, patrimonio de la Unesco, conocido como el Museo de la Colegiata, donde muestra en sus vitrinas diferentes colecciones que van desde restos cartagineses y romanos, orfebrería, pintura, hasta los refugios antiaéreos excavados durante la Segunda Guerra Mundial.
A dos km de Rabat se encuentra Dingli, el pueblo más alto de Malta, y en cuya fortaleza se encuentra la capilla de Santa María Magdalena restaurada en el siglo XVII desde donde se hacen unas fotos fantásticas de sus acantilados que son un regalo para la vista.
Como pequeño pueblecito marinero encontramos Marsaxlokk ubicado al sureste de la isla. Los vivos colores de sus barcas sobre las tranquilas aguas hacen que este lugar sea uno de los mejores sitos para fotografiar los luzzus (barcas maltesas) que curiosamente están decorados con el ojo de Osiris en sus proas. Esta costumbre proviene de una antigua costumbre fenicia: los ojos del dios aleja los malos espíritus y dan buena suerte a los pescadores. Si además se acude los domingos por la mañana se podrán encontrar imágenes de los pescadores vendiendo los productos que acaban de recoger del mar además de un mercadillo que para mi tiene menos interés ya que es un mercadillo normal que lo podemos encontrar en cualquier otro lugar.
Relativamente cerca de aquí, a las afueras de Zurrieq se encuentra la Gruta azul, famosas cuevas marinas esculpidas en acantilados donde la luz se refleja a primera hora de la mañana de una forma tan espectacular que desde luego dejan sin aliento al más exigente capturador de bonitas imágenes, de ahí que haya sido escenario de películas como por ejemplo Troya. A mi me recordaba mucho a los colores que se podían observar en la llamada igualmente Gruta azul de Capri. Además de la gruta, este lugar esconde restos del barco, Um El Faroud que transportaba combustible refinado entre Italia y Libia y que después de explosionar en el 1995 acabó como arrecife artifical.
Pero sin duda el gran reclamo turístico de la isla lo encontramos en los numerosos templos megalíticos situados al sur de la misma. Cabe destacar los Templos de Hagar Quim y Mnajdra, construidos entre el 3600 y el 3200 a.C., declarados Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. El templo principal está formado por una entrada exterior que conecta con seis grandes habitaciones y es aquí donde encontramos el mayor megalito del país ya que cuenta con más de cinco metros de altura. Cerca y levantado sobre un hueco de los acantilados están los tres templos conocidos con el nombre de Mnajdra que datan de la misma fecha y que también fueron declarados Patrimonio de la Humanidad en el 1992. Podemos encontrar otros como los templos de Skorba, el templo de Ggantija, pero sin duda, si se es amante de la historia y del arte no se puede dejar de visitar el Hipogeo de Hal Saflieni donde se puede observar arquitecturas funerarias de tiempos anteriores a los griegos y romanos. La obra fue descubierta en 1902 durante la construcción de una cisterna y se excavó toda la necropolis. Además de ver el templo formado por tres niveles, siendo la más famosa la que está situada en el tercer nivel, la Santa Santorum enmarcada por tres trilitores encajados unos en otros, se puede observar un documental donde se cuenta la historia del mismo.
La isla de Malta también es famosa por sus playas donde cabe destacar la de Golden Bay, Ghajn Tuffiena Bay, Ramla tal -Bir, Mellieha, etc. y también se puede observar una Ghar Lapsi, que es una piscina natural rodeada de un bonito paisaje rocoso.
Y ya dejamos la isla de Malta para pasar a Gozo pero antes nos detenemos en el famoso pueblo de Popeye que fue el escenario que se creó para rodar la película en los años 80 y que se decidió mantener aquí y abrir como parque temático. Está ubicado en la bahía Anchor, gira en torno a los divertidos personajes de Popeye, Brutus y Olivia. El escenario está decorado por diecinueve edificios de madera traída de Canada y de Holanda. Hay desde coches de choques hasta viajes en bote por la bahía y no dejan de pasar películas de unos veinte minutos de duración de Popeye y sus amigos. Para mí, como no era de gran interés paré en la carretera para verlo desde arriba y así continuar hacia Cirkewwa donde se toma el ferry que llega al puerto de Mgarr en la llamada “isla bonita”.