Las Hurdes, la leyenda negra de Extremadura

Limitada por sierras como la de Francia, la de Altamira o Castillejo y regadas por ríos como el de los Ángeles, Batuecas, Ladrillar u Ovejuela se encuentra la comarca de las Hurdes, de la cual se ha hablado mucho, especialmente a partir de finales del  siglo XIX. 
El doctor D.J.D. Bide, en 1892, tras viajar por Las Hurdes, presentó un informe en el Boletín de la Sociedad Geográfica de Madrid, en el que denunciaba las difíciles condiciones de vida de los hurdanos. Desde ese momento escritores como José Mª Gabriel y Miguel de Unamuno o doctores como G. Marañón o  Goyales escribieron sobre el tema  e hicieron que Alfonso XIII se decidiera a ir a conocer la comarca en 1922. Tras la mirada horrorizada del rey, los periodistas escribieron el sentimiento de éste:
«(…) sus habitantes están alejados de la civilización…(…) en las Hurdes la vida es agonía y la muerte descanso apacible” 

A partir de ahí comenzaron las iniciativas de promoción y desarrollo de la zona y más aún desde que Luis Buñuel las puso en un primer plano, con su documental Las Hurdes, tierra sin pan de 1933. A partir de ese momento se pusieron en marcha repoblaciones forestales, ayudas y otros intentos por evitar la despoblación y aunque no se consiguió todo lo que se propusieron el tiempo ha pasado y las Hurdes hoy nada tienen que ver con la realidad de antaño. Ahora  encontramos una comarca de paisajes montañosos con frondosos bosques de pinos con pequeños pueblos y alquerías (denominación árabe sinónimo de aldeas)  donde se encuentran restos de las típicas construcciones de pizarra y mampostería propias de la zona. 
En la comarca de Las Hurdes podemos encontrar algunos de los rincones naturales más impresionantes de Extremadura. No se va a las Hurdes en busca de grandes monumentos, sino que se va a disfrutar de  pronunciadas curvas gracias a sus cinco ríos que te impregnan del frescor de sus piscinas naturales,  enrevesados meandros y bonitas cascadas, rodeadas de valles que te ofrecen paisajes repletos de acebos, pinos, encinas, etc. Como decía Miguel de Unamuno:

“(…) Difícilmente se encontrará otra comarca más a propósito para estudiar geografía viva, dinámica, la acción erosiva de las aguas, la formación de los arri­bes, hoces y encañadas. Y una maravilla de espectáculo a la vista, ya desde los altos se dominen las hondonadas y el vasto oleaje petrificado de las lineas de cumbres, ya desde los barrancos se cree uno encerrado lejos del mun­do de los vivos que leen y escriben”. 

Tomando como carretera principal la pintoresca EX-204 y comenzando por Pinofranqueado, capital de las Hurdes bajas, descubriremos no sólo este principal núcleo de población sino también sus alquerías. Durante siglos esta zona estuvo considerada como un páramo por lo que se arrendaba para el uso ganadero, eximiendo a los vecinos de la obligación de pagar al señor. Actualmente de la localidad destaca la gran piscina natural que forma el río de Los Ángeles, su parroquia de Nuestra Señora de la Encina del siglo XVII y el Centro de Documentación de las Hurdes, que es el auténtico referente cultural hurdano donde se puede aprender muchísimo sobre la comarca. 

La bonita carretera que sale desde Pinofranqueado para Aldehuela tiene una encanto especial tanto cuando el sol se posa entre las aguas de sus ríos que suenan a pie de las montañas vestidas de brazos, helechos, matorrales, etc., como cuando la niebla se posa en las montañas recias y ásperas donde se esconden zorros, cabras montesas, jabalíes y otras especies protegidas como la cigüeña negra o el gato montés.  A lo largo de ésta encontramos alquerías que raramente sobrepasan de sus cien habitantes,  como la de Muela famosa por su refugio para pescadores situado cerca del río Esperabán, Robledo donde sus pocas familias se dedican a la producción de las huertas y árboles frutales, El Castillo que debe su nombre probablemente a la existencia de un castillo en el paraje de la Zambrana. Aquí se encuentra el bonito meandro del río Esperabán que junto a sus casas de colores forman un paisaje difícil de olvidar. Antes de llegar a este último pueblo hay un desvío a la derecha que lleva a Horcajo desde donde se accede al despoblado pueblo conocido como “El Moral” escondido entre el río Horcajo y el arroyo de la Carabosa y cubierto de jaras, brazos y madroños. Antiguamente era utilizado como cobijo de los rebaños en la trashumancia hacia tierras salmantinas.

Prosiguiendo hacia Las Erías se pueden observar esas huertas llenas de olivos y cerezos que tan bonitos tienen que estar en primavera. Sentada en un merendero de su piscina natural donde paré a tomarme un te caliente de mi termo y a escribir todo lo que veía porque en ningún momento quería que se me olvidara tan increíble paisaje,  se me acercó un lugareño con muchos años   que muy amablemente me contó un poco la historia del lugar. Comentaba que en invierno había treinta personas en la aldea,  pero que en verano su piscina natural era muy conocida por su merendero y por la amabilidad de las personas que compartían sus productos con los turistas. No se si será cierto o no, pero desde luego compartió conmigo varios productos de la tierra tanto de su huerta como de la zona y así tomé unas deliciosas castañas, quesos de cabra con miel de sus propias colmenas (esta zona tiene fama mundial por la gran calidad de su miel) ,  mientras que disfrutaba de las historias de antaño en medio de esos valles donde los colores de los paisajes te recuerdan que no hay cosa más bella que la naturaleza en su propia esencia. 

Proseguí hasta Aldehuela, pueblo ya limítrofe con tierras salmantinas donde lo más destacado son las construcciones de los corrales y donde me habían dicho que vivía un artesano de piedra y madera pero que en aquellos momentos no se encontraba en la localidad y no pude conocerle y ver tampoco sus trabajos. 

Otra alquería muy famosa perteneciente a Pinofranqueado es Ovejuela. Ésta se encuentra en una carretera repleta de robledales, pinares, castaños  que se toma a la derecha cuando te diriges hacia Plasencia o Coria, allí se encuentra la famosa Cascada de Chorrituero y el Chorro de la Tinaja. Antes de llegar a Ovejuela sale una pista que se puede acceder con la moto para acercarse hasta las ruinas  del Convento de Los Ángeles que data del siglo XIII y cuyos materiales de construcción fueron pizarra, madera y barro. Un tramo más arriba está el mirador desde donde se accede a la Cascada de los Ángeles y también se puede ver el puente de los Machos, construido en el siglo XIII a base de piedra seca sin argamasa ni ningún tipo de fijador.

Volviendo a Pinofranqueado y al lado opuesto de la zona que hemos estado viendo encontramos Casar de Palomero donde confluyeron las tres grandes culturas: la cristiana fundamentalmente militar, la judía dedicados a la mercadería y al comercio y la musulmana dedicada a la orfebrería.  Todavía hoy  podemos ver los diferentes barrios de la localidad, también visitar la Basílica de la cruz bendita y la ermita de la cruz bendita levantada por una antigua rencilla entre judíos y cristianos además de admirar dos iglesias parroquiales que son la del Espíritu Santo y la de la Inmaculada Concepción.

Volviendo a nuestra principal carretera, la EX-204 , continuamos hacia Caminomorisco, conocido antiguamente como Las Calabazas. Tanto en esta localidad, que es la más grande de la zona,  como en el resto de sus alquerías se han encontrado numerosos vestigios de la época prehistórica y romana. Hace unos años se creó la Oficina de turismo recreando una vivienda tradicional hurdana donde además de darte todo tipo de información sobre la zona se pueden ver exposiciones explicativas mediante fotografías y paneles informativos. Como casi todas las localidades de la zona cuenta con una gran piscina natural y una pradera verde donde se ubica el merendero. 

Continuando por nuestra pintoresca carretera nos desviamos a la alquería de Cambrón para ver su puente construido en el siglo XIII ubicado junto al Centro de Interpretación del Agua y Medio ambiente de la localidad. Aquí también cabe destacar la realización de un gran queso muy demandado en la zona. 

Volviendo a la carretera principal se llega  hasta Cambroncino,  donde se puede ver la Iglesia más importante de la zona. La Iglesia de Santa Catalina, a la cual se puede acceder en moto hasta la misma puerta, es conocida  popularmente como “la iglesia de la lástima” por estar situada en un pequeño pueblo por donde no pasa mucha gente.  Data del siglo XVII y está realizada en mampostería de pizarra. Estando allí hablé con una mujer que limpiaba los alrededores de la iglesia y me dijo que no hiciera caso de eso que contaban sobre el motivo de por qué se llamaba lástima, que realmente era porque los fieles de la zona iban allí a rezar por sus “lástimas” y de ahí su nombre.

Prosiguiendo por la pintoresca EX-204 y atravesando Vegas de Coria nos podemos desviar a Arrolobos, alquería de pescadores con sus casas construídas sobre un imponente acantilado de piedra junto al río y de ahí dirigirnos hacia Ríomalo de Abajo para acceder a lo  que se ha definido como uno de los lugares más bellos de España, el Meandro de Melero, el cual cuenta con la particularidad de que su isla principal es muy extensa y se encuentra rodeada de monte bajo lo que le hace que sea extremadamente fotogénico.  Si no se quiere ir por Arrolobos, también se puede llegar hasta Riomalo de abajo y desde ahí antes de cruzar el puente sale una carreterita a la derecha totalmente asfaltada que te lleva hasta el mirador del meandro. 

Desde aquí y ya por la denominada zona de las Hurdes altas a través de una  fantástica carretera donde cada curva te hace disfrutar más que la anterior se llega a la zona de Ladrillar pero antes de eso no hay que perderse Las Mestas situada a los pies de la sierra de Francia. A su entrada se encuentra la confluencia de los ríos Batuecas y Ladrillar formando bonitos arroyos como el de los Hornillos y el de los ladrones. Es una impresionante zona llena de brazo blanco, jaras, madroños, madreselvas, etc., lindando con el Parque Natural de las Batuecas declarado en 1978. Este parque cuenta con grandes formaciones vegetales y una fauna característica además de contar con el Monasterio del Desierto de San José de las Batuecas y numerosas pinturas rupestres, de las cuales hablaremos en un post dedicando expresamente a esta zona. 

Prosiguiendo por la orilla del limpísimo río y con grandes remansos de sombras entre piedras redondeadas se llega a la localidad del Ladrillar situada en la ladera de un monte  y rodeada de montañas y valles  donde encontramos típicas construcciones de arquitectura hurdana además de su ermita cerca de la piscina natural.


Riomalo de Arriba, alquería perteneciente a la anterior localidad cuenta con más patrimonio histórico que el anterior  entre sus pequeñas callejuelas y de ahí que se creara el Centro de interpretación de Información General de la comarca donde podemos ver una completa visión de tradiciones culturales, artesanales y gastronómicas e incluso leyendas y mitología de la zona .

Descendiendo hacia Casares de las Hurdes, a través de grandes huertas se puede visitar la Iglesia del santísimo Sacramento y el antiguo campanario de la iglesia  realizado en piedra que era utilizado en la antigüedad para llamar a los lugareños cuando se les quería reunir. En esta zona se encuentran dos miradores, el Mirador de las Carrascas justo en la cima del  puerto de los Casares que ofrece magníficas vistas de  dos valles, el del río Ladrillar y por el lado sur la sierra de la Corredera y el Mirador de las Estrellas famoso por ser un lugar privilegiado para ver las estrellas disponiendo de un área de descanso con mesas de interpretación de la Vía láctea. 

Atravesando Asagur,  famoso por la creación las flautas hurdanas, conocidas con el nombre de gaitas, llegamos a la última gran localidad, cabeza de partido que es Nuñomoral que cuenta con gran artesanía de madera de olivo y de brezo, además de una fantástica piscina natural con el Mirador y el merendero del río Malvellido.  Si nos dirigimos hacia el Gasco donde finaliza la carretera atravesamos El Cerezal con su fantástica presa y el Valle de los Tejos, verdadera reliquia botánica. Pasaremos por Martilandrán donde podremos deleitarnos con otro regalo de la naturaleza, los meandros del río Malvellido además de las fantásticas terrazas o bancales con huertos que se extienden hasta la siguiente alquería que es la de la Fragosa.

La carretera ve su fin en el conocido pueblo de El Gasco situado a los pies de la sierra de la Corredera junto al nacimiento del río Malvellido.  Es muy famoso el Chorro de la Miacera que se encuentra a unos pocos minutos caminando. Es un chorro de agua que se precipita desde unos 150 metros va tropezando por la ladera de las montañas ofreciendo un espectáculo visual digno de fotografiar pero que yo no hice porque me quedé sin batería en la cámara y me había dejado el móvil en la moto, así que tendré que volver. 

6 Comentarios

    • Gema de los Reyes Contestar

      Mil gracias. Cuando quieras, ya sabes que yo tardo poco en coger la moto y salir pitando jajajaja. Besos

  1. Me encantó!
    Impresionantes las fotos sobre todo la que parece una isla rodeada de el río. Preciosa !!
    Otra sitio para conocer 👍😘
    Gracias por hacer que nos hagas sentir dentro de lo que nos cuentas .
    😘

    • Gema de los Reyes Contestar

      Mil gracias por tus palabras, el meandro Melero es espectácular y llegar hasta allí también es precioso, es una zona maravillosa y para ir en moto más, cada curva que coges es más bonita que la que dejas atrás. Besos

Escribir comentario

Navigate

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies