Desde muy pequeña siempre he querido a ir ese lugar exótico lleno de preciosos peludos donde estaba asegurada la emoción, la aventura, todo eso que te hace vibrar cuando coges tu mochila y pones rumbo a lo desconocido. Si hay una cosa que me gusta fotografiar es a los animales en su propio hábitat, nunca sabes cómo van a responder, pero lo que sí sabes es que te regalarán momentos únicos, irrepetibles y desde luego difíciles de superar.
Borneo es la tercera isla más grande del mundo, su territorio se divide de forma desigual entre los países de Malasia, Indonesia y Brunei. El territorio de Indonesia, el Kalimantan es la parte más extensa, que ocupa casi el 80%, mientras que Malasia y Brunei ocupan el resto.
Gran parte de la isla está compuesta de una selva espesa y hay mucho territorio prácticamente impenetrable, todavía inexplorado. Esta zona está en la tercera posición de los países con más biodiversidad del mundo; en la isla se estima que al menos hay 222 especies de mamíferos, 420 aves residentes, 100 anfibios, 394 de peces y 15.000 plantas.
Una de las maneras más fáciles para explorar la selva de Borneo es hacerlo en barco ya que muchos de sus ríos son navegables y proporcionan acceso a muchos lugares de interés con pocos días de navegación.
Para ver los orangutanes de Borneo , tenemos que ir al parque nacional de Tanjung Puting, ahí se encuentra el campamento Leakey donde ponen en práctica un programa de rehabilitación del orangután y la estación de cría del orangután de Pondok Tanggi, donde se puede ver el proceso de alimentación de los animales y se puede también interactuar con las crías de los orangutanes.
Este Parque Nacional fue fundado en los años setenta gracias a la intensa labor de la doctora Birutè Galdikas. La etóloga y conservacionista de nacionalidad canadiense se encontró con una situación demoledora en este área de Borneo y se franjó enemigos muy poderosos (empresas madereras, minas de oro ilegales, cazadores, etc…) con tal de proteger a estos animales. Pero su trabajo no quedó en balde y logró hubiese un mayor control de las autoridades en Tanjung Puting además de la creación de distintos centros de investigación en el interior de una selva que estaba abocada a la desaparición, orangutanes incluidos.
En el parque además de estudiar el comportamiento de los orangutanes, consiste en ayudar a la integración y el aprendizaje de los ejemplares rescatados de la cautividad o que siendo salvajes quedaron huérfanos para que puedan sobrevivir en libertad. De esa forma lorgan mezclarse con otros miembros originarios de Tanjung Puting, procrean y recuperan ciertos instintos arrebatados como el de buscarse la comida por sus propios medios.
En los centros tienen una especie de comederos donde se lleva una vez al día algo de fruta y leche condensada para que los orangutanes que así lo deseen, puedan acudir a alimentarse, ya que algunos no se han logrado ser 100% independientes.
Navegar por el río Kumai para luego ascender por el río Sekonyer, se convertiría en una experiencia inolvidable, sería complicado explicar las emociones y las sensaciones que recorren tu cuerpo y tu mente cuando te subes en un klotok, casas flotantes cubiertas y hechos de madera, de ocho o diez metros de eslora; en la cubierta superior está la mesa donde se realizan las comidas, también está el baño y por la noche se ponen las colchonetas y las mosquiteras y donde se descansa oyendo los sonidos más primitivos que os podéis imaginar bajo un cielo estrellado. Además de servir como casa sirve como plataforma de observación ya que mientras que se navega se van observando muchos animales. Durante el día se navega y se va parando en los lugares de visita y por la noche es cuando se amarra en la orilla de un río y se permanece parado ya que no está permitido transitar por el río. Junto al guía estaban cuatro personas que se desvivieron para que estuviésemos felices durante la visita, y desde luego lo consiguieron, no pudieron ser más atentos y amables, siempre pendientes de que viéramos el máximo de animales posibles, continuamente dándonos zumos de fruta, comida, te, etc., en definitiva tratándonos y cuidándonos con un cariño difícil de olvidar.
Nos adentramos en ese pequeño trocito de jungla y empezamos a disfrutar de esas verdes palmeras y juncos que cubren los laterales del río. Nos cruzamos con algunas pequeñas canoas , algún que otro klotok y con ese escenario avanzamos río arriba entre esa naturaleza que había a veces que se echaba encima del klotok casi sin dejarle espacio, fueron momentos apasionantes e increíbles. Empezábamos a divisar bonitas y diferentes aves, monos narigudos, macacos de cola larga y algo que no esperaba ver ya que decían que era muy complicado, pero ahí estaba, un cocodrilo para hacer que mi viaje fuera perfecto, me fascinan esos grandes y fuertes animales, verle tan cerca me emocionó, sentada en la parte delantera del klotok donde la techumbre del mismo ha finalizado y el sol y la brisa acarician la piel, me parecía un momento difícil de superar.
El sol caía en ese fantástico lugar cuando llegó el momento de amarrar la casita para pasar la noche, nos trajeron la cena a base de arroz, verduras, pollo, fruta, dulces, etc., acompañada de velas y un candil. Tras un ratito de conversación con el guía y el capitán, montaron los colchones, pusieron la mosquitera en la parte techada y se retiraron para que disfrutáramos de la soledad de la noche.
Para mi había llegado el momento clave, soy bastante miedosa con los bichitos pequeños y las serpientes y no tenía nada claro que no me los fuera encontrar en medio de la noche; estaba nerviosa, no sabía si conseguiría dormir algo, pero todo se me pasó cuando en el silencio de la noche empezó el gran espectáculo sonoro, ¡ahí ya era yo la que no quería dormir! no quería dejar de deleitarme por esos ruidos de la naturaleza que pocas veces tienes a tu alcance, momento mágico, creo que aunque hubiera tenido la compañía de una serpiente no me habría inmutado, estaba totalmente hechizada.
Con los primeros rayos del sol, me desperté comprobando que no era un sueño, que realmente estaba ahí, en esa cubierta que me parecía mejor que cualquier hotel de cinco estrellas. Tomando un te llegamos a un pequeño muelle donde empieza el camino a Pondok Tangui, uno de los tres centros de investigación y rehabilitación de orangutanes. Avanzamos por la pasarela de madera, caminos de barro donde encontramos plantas carnívoras, enormes hormigas rojas y un montón de bichitos que no sabría reconocer, pero además, encontramos a esas bellezas peludas de color cobrizo que te dejan embobada, ¡qué miradas!.
Como alguno de ellos no han sido capaces de rehabilitarse del todo y necesitan la ayuda para poder sobrervivir, en los centros les dan comida sobre unas plataformas de madera a unas horas concretas. Aparecieron varios orangutanes machos, hembras y alguna de ellas con sus bebes, para tomar frutas y leche. No puedes parar de mirarles, debido a sus largas extremidades adquieren unas posturas en los árboles dignas de admirar, si no les molestas ellos te regalan miradas, gestos, pósturas, y un sinfín de muecas y movimientos que te dejan ensimismados, sólo se oían los disparos de las cámaras, no sabes dónde enfocar, mires donde mires, captas imágenes entrañables y de gran belleza.
Con una emoción tremenda proseguimos para Camp Leakey, empezamos a ver que el agua del río va cambiando de color, se convierte en un agua negra, y al contrario de lo que pensábamos comentan que es la zona donde el agua está más limpia ya que se vuelve de ese color gracias a los sedimentos naturales procedentes de raíces y plantas y que ahí es el mejor lugar para ducharse cogiendo el agua del río, así que con ganas de esa ducha me fui al pequeño baño; el agua estaba templada así que era un gustazo quitarse el calor, pero el buen momento duró poco, vi como subía por la pared de madera una enorme araña peluda, y para mi gusto bastante desagradable, así que salí de allí rápidamente y debí estar tan pálida que el guía se asustó, no se qué debió de pensar , entró rápidamente y salió riéndose con el bichito en la mano diciendo que pese a que eran muy alarmantes por su apariencia no eran venenosas, que siguiera con mi ducha, y ahí la que me reía era yo, «bajo ningún concepto volvía a entrar en esa ducha«.
Llegamos al campamento y ahí nos encontramos con más klotok, parece ser que es uno de los más importantes puntos y de hecho habría unas doce personas, frente a las cinco que había en la parada anterior. Anduvimos por largos caminos, primero de madera y luego de barro, había muchos más orangutanes que en el otro campamento, los árboles estaban llenos, y aquí se notaba que estaban más acostumbrados a las personas, se acercaban mucho e incluso pude llegar a tocarlos, me encantó ese momento, acariciar a esos animales me fascinó, eran entrañables, amigables, aunque luego también pude comprobar su genio y me dejaron impresionada. Recorrimos varios caminos en busca de más animales, como el guía había sido cuidador en el parque conocía todos los rincones del mismo y sabía como atraer a los animales; de repente el cielo se cubrió de nubes y empezó a llover como si no hubiera un mañana, nunca jamás había presenciado una tormenta así, siempre creí que después de vivir la tormenta en India donde incluso me quedé incomunicada nunca vería llover así de nuevo, pues me equivoqué, llovió durante tres horas de una manera inimaginable; teníamos que volver ya que estábamos bastante alejados del muelle, así que totalmente empapados empezamos a caminar lo más rápido que pudimos, me encantó ver cómo los orangutanes se hacían paraguas con las hojas de los árboles, para nosotros ya nada servía, estábamos completamente mojados, lo único que iba a salvo era la cámara. Llegamos al klotok y aproveché para coger champú y gel y alejándome un poco del muelle decidi que iba a finalizar la ducha que me había estropeado mi amiga la “araña”, la verdad, la gente debió de pensar que estaba loca cuando vieron que me metía por la jungla a ducharme con agua de lluvia.
Y como después de la tormenta viene la calma, ésta paró, vimos como la gente del klotok de delante de nosotros colgaba las toallas para secarlas y ahí presencié el genio de un orangután, llegó por el otro lado del río intentando llevarse la toalla, como el capitán del barco intentó prohibirselo éste empezó a chillar y a tirar fuertemente de ella, moviendo árboles, partiendo ramas, me dejó impresionada, esos movimientos bruscos junto a esos sonidos de enfados hicieron que a la chica alemana le diera un miedo horroroso, así que le dejó que se llevara la toalla, él se tranquilizó y se perdió feliz por la jungla. Llegaba el final del día y estábamos agotados, la emoción nos había dejado exhaustos, cenamos, conversamos un poco con el guía y como habíamos amarrado en un lugar donde había una pequeña estancia de madera, anduvimos un rato por allí sin alejarnos mucho, ya que aunque la oscuridad no era total, Borneo nos regalaba la última noche con una preciosa luna llena, no era recomendable andar por la jungla a esas horas. Dormimos con la misma orquesta que el día anterior, pero más tristes sabiendo que sería la última noche allí, pero eso sí con una nueva compañía, una congregación de luciérnagas, que hicieron que la noche fuera más bucólica todavía. Despertamos con unos bonitos rayos de sol, y tras un copioso desayuno nos dirigimos a Kumai para abandonar el klotok e ir al aeropuerto para coger un vuelo con destino a Bali. Pocas veces me había dado tanta pena abandonar un lugar, me hubiera quedado allí bastantes más días recorriendo esos ríos, acompañada de esos preciosos animales y con esa maravillosa gente. El descenso lo hice en el mismo lugar que realicé el ascenso, sentada en proa pero ahora pensando en que cuando estaba montando el viaje en Madrid, decía ¿dónde iré yo con el miedo que me dan los bichitos? Ahora sin lugar a dudas pienso, siempre donde el corazón te lleve.
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4 Comentarios
Genial tu narración Gema, me ha parecido vivir tu aventura…Magníficas fotografías! Seguiré viajando con tus textos. Enhorabuena!
Mil gracias Kata, me encanta que te guste. Es un lugar fantástico, tiene una magia especial.
Me ha entusiasmado ,las fotos impresionantes,lo he visto en el iPad para verlas mejor!he empezado por Asia pues me fascina,Europa lo tengo muy visto!!!!Se lo recomiendo a mi hijo que aunque tiene mucho trabajo es otro gran viajero,también hace mucho tubo un blog de viajes,vive Panamá @bismack,seguiré con los otro hay unos cuantos que me apetece muchísimo leer,Mil besossss y felicidadessssss????????????????????
Mil gracias Cristina, me encanta que te haya gustado. A mi me pasa igual, soy una apasionada de Asia, es un mundo que me transmite algo que no encuentro en ningún otro sitio. Iré subiendo poco a poco el resto de los viajes de allí y espero que te gusten. Besos