La gran cantidad de tonalidades verdes junto con su gran extensión de bosques, parques, lagos, etc., a lo largo de su pequeño territorio, hacen que este país sea una fuente de belleza y relajación allá donde mires. Accedimos a través de Trieste (ciudad al norte de Italia), para llegar al precioso castillo cuya entrada está en una cueva enclavado en la roca y rodeado de un fantástico valle. El castillo de Predjama que significa «castillo en cueva» es el más famoso del pasado y su historia no puede ser más chula ya que podríamos decir que era el castillo del Robin Hood de Eslovenia, Erasmo Lueger, quien asaltaba las caravanas de comerciantes para robar a los ricos y darles las mercancías a los pobres de los alrededores. Aunque su construcción comenzó en 1202 la mayor parte de las estancias visitables son del siglo XVI. Su laberíntica visita, que es a través de sus cinco plantas, es súper curiosa ya que además de las innumerables estancias que tiene hay rincones totalmente mágicos. Cuenta con numerosos pasadizos, puente levadizo, mazmorras, todo ello muy bien conservado y además lo tienen tematizado, con lo cual, por ejemplo en las mazmorras hay figuras colgadas recreando la situación de la antigüedad.
Tras es el castillo hay una red de galerías que se extiende en varios niveles, sin duda, es una de esos maravillosos lugares que no hay que perderse.
A muy pocos kilómetros de distancia se encuentra la cueva kárstica de Postojna, donde a lo largo de sus más o menos seis kilómetros visitables (cuatro en un tren eléctrico y el resto andando) se pueden recorrer un gran número de cavernas, salas y pasajes, admirando las increíbles formaciones de estalactitas blancas con formas de agujas y estalagmitas adoptando diferentes formas, con más de dos millones de años de antigüedad. Pese a que su precio es elevado y hace un frío horroroso, desde luego es un lugar digno para visitar y además pagando un poquito más se puede admirar al conocido “Pez humano” una especie de salamandra ciega con forma de anguila que vive oculta en la oscuridad. Otra de las cuevas famosas declaradas Patrimonio de la Humanidad son las de Skocjan, en las que se visitan aproximadamente tres km de ellas.
Dormimos en una pequeña y bonita casa rural en Cerknica, es la ciudad más grande sobre un lago que no siempre es un lago, ya que en el periodo estival éste se vacía completamente y su agua corre hacia los embalses debajo del nivel del lago y su fondo se llena rápidamente de exuberante vegetación. Llegamos al atardecer y no pudimos ver mucho de la zona, pero al día siguiente observamos que es un lugar de extraordinaria belleza. Hay muchísimas zonas verdes llenas de animales pastando y desde luego me llevé un buen recuerdo, porque me quise acercar tanto para fotografiarles que lo que me lleve fue un calambre que me despertó en un abrir y cerrar los ojos.
Proseguimos hacia la capital verde de Europa, la cual es fantástica para recorrerla en bicicleta; cuenta con casi doscientos kilómetros de carril bici y un añadido es que el casco antiguo está cerrado a los coches, con lo cual, es magnífico disfrutar a través de sus ya estipuladas rutas verdes que te llevan a conocer la ciudad recorriendo todos sus puentes y deteniéndote en el famoso Puente triple (conocido como puente Spital), del cual están orgullosos los habitantes de la ciudad. El puente de los tres puentes como su nombre indica son en realidad tres puentes, dos de ellos peatonales y otro utilizado para los vehículos que era el que antiguamente se quemó ya que era de madera. A la colina del castillo se puede ascender por unos preciosos senderos forestales o en funicular. Desde las torres se obtiene una fantástica panorámica de la ciudad donde se pueden observar los rojos tejados con esas pequeñas y estrechas callejuelas. Lo más destacado del castillo es la Capilla de San Jorge y la torre, además, se pueden ver las mazmorras, sala de armas, etc.
Me encantó recorrer la orilla del río Liublianica, que divide el casco antiguo de la ciudad en dos partes unidas a través de varios puentes al cual más bonito. Uno de los que más me gustaron, además del puente triple, es el puente de los dragones que hace referencia al mito de Jasón y los Argonautas.
Las mejores vistas las encontré en el lado este del río, en el margen derecho del mismo. Mires donde mires encuentras algo para detenerte, me entusiasmó la Biblioteca al aire libre que tiene el Parque Tivoli, desde luego un verdadero placer para sentarse y deleitarse con un tecito y una novela.
Preciosa también la Biblioteca Nacional que por suerte pudimos acceder gracias a que había un evento en ella, y allí fue donde nos hablaron de la pequeña librería Knjigarna Behemot, la cual cuenta con las mejores traducciones del gran filósofo esloveno Slavoj Zizek; es un lugar entrañable, pero si se quiere comprar guías o mapas del país, recomiendo Mladinska Knjiga, tiene una diversidad de mapas sobre rutas de Eslovenia digna de contemplar.
Presernovtrg es la céntrica plaza presidida por el monumento a Preseren. Pasear por sus tres plazas del casco antiguo es una auténtica delicia (La del ayuntamiento, la Plaza Vieja y la Plaza Superior), se puede admirar una mezcla de arte medieval (no perderse las cinco casas medievales con sus pasajes laterales de la Plaza Superior), con arte barroco, dándole a la ciudad un toque muy especial.
Como siempre no pueden faltar en mis visitas los recorridos por los mercados, así que paseamos por el mercado cubierto, la lonja y el gran mercado al aire libre de Vodnikov trg, donde comimos unos deliciosos Burek de queso (especie de empanada que se suele rellenar con carne o queso y en su versión dulce de manzana).
La gastronomía del país es muy variada, pero debido al frío que hace, los platos suelen tener bastante consistencia y sus sabores son muy marcados por las especias frescas que utilizan en cada uno de ellos. Además de las principales sopas, que debo reconocer que no me gustaron mucho ya que cuentan siempre con gran cantidad de carne de cerdo, tienen como platos típicos a base de carne el Prekmurje bograc que es el gulasz al estilo esloveno, la Klobasa (salchichas), Bujta repa (guiso de carne de cerdo con verduras) etc., En cuanto a sus postres me llamó la atención que casi todos ellos eran con frutos secos, me encantó el Prekmurska gibanica, es una mezcla entre pastel y bollo (tarta con diferentes ingredientes ordenados por capas, requesón , manzana, nueces, pasas y semillas de amapola), Polica (pastel de bizcocho enrollado con nueces, chocolate, canela, etc.) , el famoso Struklji (admite infinidad de variantes tanto en dulce como en salado), Kremna rezina (hojaldre, crema de huevo y nata dulce).
En la zona del mercado, se encuentran varios dispensadores de leche fresca, lo había visto antes por países como Suiza y reconozco que siempre me han llamado mucho la atención.
Para ser una ciudad no muy grande me sorprendió la cantidad de museos que había en ella, siendo el Nacional, el de Arte Moderno, el de Historia y la Galería Nacional los más destacados ubicados a poca distancia de Trg Republike y el Etnográfico y el Nacional de la Colección Eslovena, ubicados en Tabor, distrito que se está convirtiendo en el centro de la vida cultural de la ciudad. En esta zona están apareciendo numerosos cafés con un encanto especial, de cualquier manera, cualquier café o terraza ubicada a los lados del río son un auténtico placer para pararte y observar la tranquilidad con la que transitan sus habitantes, pese al gran número de gente joven que hay en la ciudad.
A 26 kilómetros de la capital paseamos por la bonita Skofja Loka. Monumento histórico desde 1987 parece un pueblecito sacado de un cuento de hadas, es como vivir en la Edad Media.
Aunque lo que atrae el turismo a esta ciudad es su castillo que alberga el museo de la ciudad, a mi lo que más me gustó fue pasear por sus preciosas calles y admirar sus puentes, las casas burguesas del siglo XVI de la plaza Mestni de gran relevancia histórica y arquitectónica, además del ayuntamiento, el monasterio y el puente de los capuchinos.
En la calle principal además de encontrar unos preciosos cafés, hay una pequeña papelería donde venden unos cuadernos con un papel y una decoración especial, tan bonitos que hacen juego con las preciosas imágenes que pueden ser captadas en cada rincón de la población.
Proseguimos hacia los pastos alpinos de Velika Planina pasando por la preciosa población medieval de Kamnik que fue gran ciudad comercial en sus orígenes ya que existían negocios de toda índole y condición, tales como la producción de peleterías hasta la producción de pólvora. En cuanto a visitas que se pueden realizar encontramos el Monasterio Franciscano y la Iglesia de San Jacobo, en el interior del Monasterio está la biblioteca antigua, que alberga más de 10.000 ejemplares que si os dejan fotografiarla, habréis conseguido una captura que pasará a ser una joya. Otro de los puntos de interés turístico de Kamnik son sus dos Castillos, llamados popularmente el Castillo Pequeño y El Castillo Viejo. Y si os queréis relajar acudir a las Termas de Snoviken de las que el agua sale a una temperatura de 30 grados y que son ricas en magnesio y calcio y muchos aseguran que tienen grandes beneficios para el organismo. Desde la calle Sutna se llega al mercado, lugar famoso y con mucha notoriedad por ser el lugar donde desde su antigüedad se realizaban las transacciones comerciales. Y para quien le guste las flores acudir al famoso Jardin de las flores en Radolmje que es el lugar de ensueño para fotografiar muestras de flores y diseño de jardines.
«Eslovenia, la grata sorpresa de los Balcanes»
Había leído que para ascender al «pasto de montaña» más grande de Eslovenia se tenía que realizar en dos etapas; la primera en teleférico con unas vistas impresionantes y la segunda en telesilla.
Cuando llegamos a ésta nos encontramos con que estaba estropeada y la subida hasta las cabañas la tuvimos que hacer andando; así que decidimos dar un rodeo para aprovechar a ver un poquito más de la zona, así que estuvimos atravesando bosques de abetos, lárices, hayas, pinos, etc., fueron realmente increíbles, pasear por esos campos donde pueden llegar a pastar trescientas cabezas de ganado y mezclarse con los pastores y sus casas (sólo queda una de las antiguas, las demás fueron reconstruidas tras la II Guerra Mundial) me encantó. Estuvimos con una familia que estaban haciendo queso tradicional llamado Trnic, nos explicaron amablemente cómo se realizaba y nos dieron a probar uno que tenían abierto, desde luego fue un día difícil de olvidar. También hay un museo dedicado a la vida de los pastores y donde se observan trajes y herramientas además de otras curiosidades como lo que utilizaban para cazar los ratones. Sobre la zona se encuentra la Capilla de las Nieves que está situada aquí desde antes de la Segunda Guerra Mundial.
» Es el mundo montañoso repleto de vida pastoral»
Proseguimos el camino hacia la ciudad medieval de Ptuj, referenciada como la más antigua de los Eslovenia, erigiéndose en medio de un amplio valle de preciosos tejados rojos. A pesar de sus numerosos restos arqueológicos romanos, su estado actual se originó principalmente en la Edad Media. Recorrimos la Iglesia de San Jorge en la Plaza del mercado, la torre de la ciudad, el Monumento de Orfeo, el edificio neogótico del ayuntamiento y ascendimos al Castillo para ver el famoso «museo del carnaval» y al denominado «pequeño castillo» el que fuera la casa de los obispos de Salzburgo y diferentes familias aristócratas durante siglos. En esta pequeña ciudad el carnaval, que se alarga durante once días, viene marcado por el Kurentovanje, una consagración de la primavera y la fertilidad. El principal personaje es el Kurent , un dios dionisíaco amante del placer sin límites y el hedonismo. Los kurents se visten con pieles de carnero y cinco cencerros en los cinturones, gorros peludos decorados con plumas, palos o cuernos de colores, con grandes ojos rojos y enormes lenguas. Finalizamos en el monasterio minorita construido a finales del siglo XIII para ver sus arcadas y refectorio de verano que cuenta con bonitos estucos y unas doce pinturas en el techo muy bien conservadas.
Maribor cuenta con un gran encanto debido a su curioso casco antiguo que se extiende a lo largo del río Drava, el cual, está repleto de preciosos cafés y terrazas que albergan un animado ambiente estudiantil. Recorrimos el lado izquierdo del río para ver su casco antiguo, destaca la Torre del Agua, antigua torre de defensa actualmente acondicionada como vinacoteca, con unas mesitas al lado del río irresistibles para deleitarse uno de los famosos vinos de la zona. Torre de los judíos, Plaza Giavni donde encontramos el ayuntamiento, la catedral, el castillo que se encuentra en la plaza principal de la ciudad, el teatro y su famosa Universidad. Sin duda una de las visitas más famoso de Maribor es la Old Vine House donde se encuentra la viña más antigua del mundo (cuatrocientos años), hay un pequeño museo dedicado a vinicultura y donde se puede degustar algunas variedades de vinos blancos. Seguimos caminando por la ciudad y como siempre, al ser una apasionada de los libros, me fijé mucho en las librerías, me llamó mucho la atención que pese a que hay varias y muy buenas, hay muy pocos libros editados en español cuando es un idioma que se estudia en la facultad y que me consta que hay gran número de alumnos.
Al día siguiente salimos con destino a lo que creíamos que iba a ser la mejor parte del viaje, el lago Bled y alrededores, y desde luego no nos confundimos, esa zona es un regalo para los sentidos. Antes de llegar a Bled, nos detuvimos en la pequeña y pintoresca localidad de Radovljica. El centro histórico gira alrededor una animada plaza rectangular medieval, llena de terracitas y preciosas tiendas. Me encantó una que tenía instrumentos de música colgados en la fachada de la pared, y en frente de esta preciosa tienda encontramos una cafetería de lo más acogedora y entrañable y con una tarta de frambuesas fascinante.
Toda ella estaba decorada con un gusto exquisito, preciosos sillones, librerías, un piano, mesas llenas de juegos con una chimenea preciosa y donde todos sus productos eran caseros, probé la mejor tarta de queso y arándanos que he comido en mi vida, sin duda, un lugar para quedarte horas con la novela, la chimenea y el sillón. Anduvimos por el pueblo, visitando la Iglesia de San Pedro, el museo del pan jengibre, el Etnográfico, etc., hasta llegar a los preciosos miradores donde admirar una vez más el color verde inconfundible de la naturaleza de Eslovenia.
Bled, es de esos lugares donde si pienso en un cuento con una isla en medio de un lago pensaría sin duda en ese místico y mágico lugar. El lago alpino en el que se encuentra la isla es conocido desde hace siglos ya que fascina con sus bellezas naturales, sus historias del pasado y sus mágicos poderes para recuperar el bienestar. La ciudad era famosa por sus balnearios que ofrecía baños en el lago, en la parte noreste del lago se encuentran las fuentes termales que actualmente abastecen a las piscinas de los principales hoteles de la localidad. Así que la zona desde hace mucho tiempo era el lugar favorito de la aristocracia. Aunque la localidad está llena de bonitas cafeterías y tiendas, no podréis nada más que mirar ese lago donde se encuentra una isla en medio y un castillo a lo alto de un acantilado de unos 150 metros. A la isla se puede acceder en las tradicionales embarcaciones de madera llamadas pletnas, al llegar a la isla y tras ascender casi 100 escalones de piedra se llega a la Iglesia de la Asunción de la Virgen. Aquí se puede escuchar y tocar la famosa campana de Bled que data del siglo XVI y fue mandada realizar por el Papa. Según la leyenda si toca la campana y se pide un desde este se cumplirá.
Es el lugar perfecto para iniciar las rutas de senderismo a lo largo de las preciosas montañas de Eslovenia. Cuando llegué aquí me quedé totalmente impactada, me apasionó recorrer el sendero alrededor de ese lago glaciar, su tranquilidad y bonitas vistas me cautivaron; lo que no sabía es que iba a ser el comienzo de unos días impresionantes, ya que si me gustó ese lago, más me gustó el lago del día siguiente.
Después de recorrer el lago, ascendimos al castillo, en su interior encontramos un museo, pero para mí lo mejor sin duda son las fascinantes vistas que hay desde el mismo, a las cuales también se pueden acceder por un camino que hay detrás del castillo, si no se quiere pagar la entrada.
A tan solo treinta km de Bled se encuentra lo que para mí fue el gran momento del viaje, el lago Bohinj. Atravesamos pequeños pueblecitos donde la gente se dedica a trabajar en el campo, por ejemplo: Obrne, Nomenj, etc.
Si me gustó Bled, me fascinó Bohinj. El lago más grande de Eslovenia, bordeado por una preciosa carretera, es pura belleza. Aparcamos en el parking que hay cercano y fuímos directos a pasear por la orilla del río y observar a los patos como disfrutaban de esas cristalinas aguas. Hay numerosas rutas para realizarlas andando o en bici, así que decidimos hacer una de cada. Nos acercamos a la Iglesia de San Juan Bautista, una iglesia que disfruta de vistas al lago, de 1440 y estilo románico y algo de gótico, pero lo que más destaca son sus frescos del siglo XV y XVI. Desde el lago se accede a la cascada de Savia, se puede acceder hasta el parking y después subir un buen tramo de escaleras; no se visualiza en ningún momento y de repente un gran ruido y una gran fuerza en sus aguas. No hay que perderse las vistas del lago desde las alturas, se puede coger el teleférico y acceder a la estación de esquí de Vogel, desde allí numerosas rutas para poder seguir ascendiendo, pero además también se puede coger un telesilla. Pese a que es un sitio maravilloso, no está masificado, se respira una tranquilidad y una paz espectacular.
Este viaje fue especial para mí por muchos motivos, pero desde luego este lago contribuyó a ello. Si tuviera que elegir un momento del viaje sin duda sería cuando me senté en uno de los embarcaderos que se encontraba vacío. No se que sentí, pero lo que si que recuerdo es que saqué mi cuaderno y no sólo escribí lo que representaba el lago para mí, sino que empecé a escribir un relato como llevaba tiempo sin hacer, el lago me devolvió esas ganas de volver a escribir, de sentir a través de las letras, me tiré horas admirando tanta belleza, sintiendo ese olor fresco a hierba mojada, escuchando los pájaros, las hojas moverse, no se, recuerdo una sensación como pocas veces había tenido, así que para mi sin duda este lugar es mágico.
Al día siguiente proseguimos hacia el Paso de Vrsic, deteniéndonos en el precisos lago glaciar Jasno, sus aguas turquesas, rodeadas de frondosos bosques de pinos y arena blanca, te regalan un espectáculo difícil de olvidar.
El paso de Vrsic es una carretera alpina que conecta Kranjska Gora con Bovec que se encuentra al otro lado de las preciosas montañas. Comienza siendo una carretera adoquinada con muchas curvas, se atraviesa una Capilla rusa (la carretera fue construida en tiempos de guerra por prisioneros rusos), según se va ascendiendo existen numerosos miradores para contemplar las tremendas montañas de alrededor. Hacia un día espléndido, así que parábamos continuamente a admirar esa naturaleza en estado puro.
Después de pasar unos días por esas maravillosas montañas, nos dirigimos a Pirán sabiendo que había que volver a visitar todas esas montañas, lagos y pueblecitos que no habíamos tenido tiempo de contemplar, sin duda el Parque Nacional de Triglav requería un segundo viaje dedicado plenamente a esta zona.
Pirán, bonita ciudad cerrada al tráfico tiene más de ciudad italiana que de eslovena. Es uno de los puertos venecianos mejor conservados del Adriático; su bonita Plaza Tartinijev en forma ovalada te da la bienvenida con un ambiente entrañable llena de pequeños pueblecitos, la Iglesia de San Pedro, la casa de la familia Tartini, etc. Su pequeño y curioso puerto, y el mar que puedes acceder a él a través de las rocas por un lado o por escaleras a modo de piscina por otro, le dan a la ciudad un ambiente agradable, si a eso le unes sus preciosas callejuelas, sus casas de colores, sus preciosas terrazas y buenos restaurantes, hacen de esta ciudad un lugar para disfrutar
*Si quieres viajar tranquilo y dedicarte sólo a disfrutar deja la seguridad a Viajes Mondo, pulsa aquí y podrás conseguir un 5% de descuento en tu seguro de viajes
8 Comentarios
Me ha encantado Gema! Un pais que tengo pendiente desde hace tiempo y ahora con tu relato aún me gusta mas. Saludos
Mil gracias, me encanta que te haya gustado, de verdad no te lo pierdas, es un país sorprendente y lleno de encanto.Besos
Maravillosas fotos, son una pasada
Mil gracias, es un sitio fantástico, mires donde mires enamora. Besos
¡Fantástico relato! Muy inspirador. Dan ganas de ir otra vez.
Mil gracias, me alegro de que te guste y te haya hecho recordar buenos momentos. Yo también tengo muchas ganas de volver.
De verdad qee no se que decir Gema..es un viaje maravilloso y tu relato del mismo…sin palabras. Ese castillo de Predjama que he visto mil veces en las portadas de los folletos de mayoristas, y me encanta la tienda con los instrumentos de música y los cuadros apoyados en el suelo. Lo dicho cuanto aún por conocer!! Un placer ver tus fotos y tus relatos! Un abrazo preciosa!
Mil gracias, ¡qué alegría leerte!. Es un país sorprendente, fue un gran descubrimiento; es de esos lugares que recomiendo a todo el mundo, ya que es muy bonito, con gente encantadora y además no es un país caro, para mi tiene todo. No sabes lo que agradezco tus palabras, es un verdadero placer tenerte aquí. Besos guapísima.