Si hay un país en el que conviven diferentes religiones y debido a su conformación geográfica ha sido y es escenario de grandes conflictos desde tiempos remotos, sin duda ese es Israel.
Nuestro primer destino fue la ciudad santa de Tiberiades, llamada así en honor al Emperador Tiberio, la cual, se encuentra ubicada en la orilla occidental del Mar de Galilea (lago Kineret en hebreo) en el distrito norte de Israel. Además de los lugares santos cristianos, Tiberiades fusiona antiguas ruinas con edificios y hoteles modernos convirtiéndose así en un destino turístico. La ciudad de los milagros también es reconocida por sus manantiales con propiedades terapéuticas.
Proseguimos hacia Nazaret para perdernos por sus callejuelas adornadas con casas de piedra blanca , visitar su zoco y la Iglesia de la Anunciación. La basílica consta de dos iglesias en dos alturas diferentes. Se puede ver la que se cree que fue la casa de María donde el Arcangel San Gabriel le anunció que de ella iba a nacer el hijo de Dios. Dentro del mismo complejo, en la zona oeste también, se encuentra la Iglesia de San José, donde lo más interesante es el conjunto de cuevas que hay en su interior; también está el Pozo de María conocido como la Fuente de la Virgen, donde se cree que su agua tiene poderes curativos.
Más tarde fuímos hacia Haifa, es la tercera ciudad más grande del país y está situada en las laderas del Monte Carmelo. Además de ser el mayor puerto marítimo de Israel, cuenta con los maravillosos jardines Bahai que desde luego te dejan con la boca abierta. Subimos a Monte Carmelo y visitamos el santuario “Stella Maris” del siglo XIX desde donde hay unas bonitas vistas de la ciudad.
De regreso a Tiberiades nos detuvimos en la pequeña localidad de Caná, para ver la iglesia católica construida en el sitio tradicional del milagro del vino donde se pueden renovar los votos matrimoniales y la iglesia ortodoxa griega de San Jorge, famosa por contener dos jarrones, los cuales, creen que fueron con los que Jesús realizó el milagro.
Al día siguiente, nos acercamos al pequeño pueblo de pescadores y agricultores de Cafarnaúm para ver otro de los lugares venerados por los cristianos: la habitación de Jesús en la Casa de Pedro hoy bajo un enorme templo octogonal . Al lado se puede ver una Sinagoga que data del S.V aunque muchos hablan de que está construida sobre la que conoció Jesús.
Proseguimos hacia la Iglesia de la Multiplicación de los Panes y de los Peces, es una réplica exacta de la basílica del siglo IV construida para conmemorar el milagro. Su suelo de mosaico muestra uno de los motivos más famosos del país: la cesta de panes flanqueada por dos peces, así como, representaciones de animales junto al Nilo y su nivel de agua. La iglesia se construyó en torno a una roca negra situada bajo el altar, venerada como la roca sobre la cual Jesús bendijo y dividió los panes. A unos 500 metros se encuentra el Santuario del Primado que permaneció abandonado hasta el año 1933, cuando los Franciscanos de Tierra Santa edificaron la iglesia actual sobre las ruinas de la capilla antigua.
El Mar de Galilea también es conocido como Lago Tiberíades con una superficie de 21×13 km y 48 m de profundidad máxima. Se cree que aquí Jesús caminó sobre las aguas en sus orillas, y de ahí su importancia para la religión cristiana. Tras dar un paseo por ese precioso mar en calma fuimos a comer, y claro había que probar el “musht” conocido como el pez de San Pedro, que por cierto no me gustó nada.
Por la tarde nos acercamos hasta el Monte Tabor, que se encuentra a 17 km del mar de Galilea. Su aislamiento y forma cónica hace que parezca más grande de lo que realmente es. La llegada a la cima está marcada por la puerta del Viento, un resto de fortaleza musulmana del siglo XIII. En el lado norte se encuentra la zona greco-ortodoxa y en el lado sur la católica. Desde dicha puerta se llega a la Basílica de la Transfiguración y el convento franciscano.
De regreso a Tiberiades paramos en el río Jordan, río de 320 km de largo que hace frontera entre Jordania e Israel. Es el río más grande de Tierra Santa, el más sagrado por haber sido escena de muchos eventos bíblicos, destacando el bautizo de Jesús.
Al día siguiente comenzamos con la visita a Jericó. Ciudad que se encuentra a 260 metros bajo el nivel del mar lo que la convierte en la ciudad más profunda de la tierra además de otorgársele también el título de ciudad más antigua que siempre ha estado “habitada”, la cual, está llena de tesoros religiosos, arqueológicos y naturales. La ciudad se encuentra en la ladera del Monte de las Tentaciones, lugar que albergó a Jesús cuarenta días aguantando las tentaciones de Satanás. Este monte tiene un encanto especial. En la roca de la montaña hay construido un monasterio ortodoxo griego construido en el siglo XII aunque el de hoy se levantó hace pocos años; no hay que olvidar que la ciudad ha sido destruida y reconstruida hasta 23 veces. En la ladera también hay muchas cuevas que un día albergaron a cristianos en los siglos pasados. Al monasterio se puede subir andando o en teleférico. En Jericó también se puede visitar aunque nosotros no lo hicimos el Palacio de Hisham, complejo arqueológico también conocido como Khirbet el Mafjar.
Pero lo que sí visitamos fue otro gran lugar arqueológico llamado Qumrán, de gran importancia por el hallazgo de los manuscritos del Mar Muerto, los cuales, hoy están expuestos en el Museo de Jesusalén. Este desolado paraje revistió interés cuando entre 1947 y 1956 se hallaron miles de fragmentos de manuscritos en pergamino y papiro en once cuevas del desértico lugar; estos manuscritos fueron copiados hace 2000 años por gentes de una ascética comunidad esenia (movimiento y comunidad judía exclusiva de hombres, establecida desde mediados del siglo II a.C, que se dedicaban al estudio de la ley bajo un estricto código de disciplina y humildad).
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2 Comments
Como bien dijiste, Jerusalén te fascinó, no tanto el resto del país y así lo reflejas en tu narrativa… como siempre un gusto leerte. Por cierto en Almería está el pescado Gallo Pedro que es sabrosísimo, que me da que el Pedro que te comiste tu no tanto :)))
besitos
Muchísimas gracias una vez más por dedicar tu tiempo a mi blog, es un verdadero placer tenerte entre mis texto. Y sí, es cierto, sin duda un lugar para repetir pero el resto del país pese a que tiene muchos lugares de gran importancia tanto cultural como religiosa, reconozco que a mi no me llegaron como me llegó la ciudad sagrada. Cuando vaya por Almería lo probaré y seguro que está mejor que aquel jajaja. Mil besos preciosa.