Sri Lanka (Quinta parte – Sigiriya – Pidurangala – Ritigala – Polonnaruwa- Parque Nacional Kaudulla)

Nos dirigimos hacia Sigiriya, queríamos llegar a la conocida Roca alrededor de las 17:00 para poder subir una vez que ya se hubiera ido el calor del medio día. Este yacimiento arqueológico, el cual contiene las ruinas de un antiguo complejo palaciego, se eleva en las llanuras centrales, estando visible en kilómetros desde todas las direcciones; fue declarado lugar Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1982. Al llegar al recinto se sacan los tickets en la caseta que hay nada más entrar a la derecha, no llevábamos agua pero había leído que dentro según se iba ascendiendo se iban encontrando puestos. Pues bien, según íbamos avanzando y pasando un calor horroroso vimos que no había puestos de agua en ningún sitio, con lo cual había que bajar el ritmo porque si no, no conseguiríamos llegar a la cima, y desde luego después de llegar hasta allí y pagar una entrada que no es barata, no estaba dispuesta a irme sin conseguir ver esas vistas que tanto deseaba ver.
En la base de la conocida Roca del león, se encuentran los jardines del interior de la zona amurallada, delimitada por fosos de agua, según vas ascendiendo por la roca se pueden empezara ver unas vistas increíbles, se llega a una escalera de caracol abierta que se desvía a una galería cubierta junto a la pared, donde se encuentran los famosos frescos de mujeres con el torso desnudo (se dice que representan apsaras (ninfas celestiales) o las concubinas del rey Kassapa; estas pintaras son una auténtica maravilla, están muy bien conservadas y sus colores son maravillosos, pena que ya no dejan fotografiarlos pero realmente son unos frescos únicos con un estilo realista bastante particular. Siguiendo con el ascenso, y a través de un estrecho sendero se llega a una terraza intermedia donde se pueden observar las zarpas de un león (de ahí su nombre).

De ahí comienzan un montón de escaleras que llegan a la espectacular cumbre que forma terrazas. Se supone que este fue el lugar que eligió el rey Kassapa para instalar su ciudad fortificada, aunque también el doctor Raja de Silva, dice que allí no había un palacio sino un monasterio. Después de estar un buen rato paseando y admirando las maravillosas vistas, comenzamos a descender en busca de un poco de agua; de camino al aparcamiento se pasa por la conocida Cueva de la Capucha de la Cobra, que es una proyección rocosa que recuerda a una cobra, de hecho nos encontramos con gente haciendo bailar a las serpientes.

Dormimos en el hotel Nature Park Villa de Sigiriya, es un sitio fantástico, lo lleva una familia joven, el dueño ha estado unos años trabajando en Roma y su simpatía es extraordinaria, todas las noches mientras que yo escribía en el portátil tenía a sus dos niños sentados conmigo y me pasaba largas horas conversando con él. Su mujer hablaba muy poquito inglés, con lo cual era más complicado, pero bueno, nos entendíamos como podíamos.
A un kilometro de la Roca está la otra famosa Roca de Pidurangala, las vistas desde la cumbre son las mismas ya que están enfrentadas, hay mucha menos gente y su precio es infinitamente menor.  El comienzo es un templo budista, luego empiezas a ascender por un lugar lleno de calma ya que es un lugar donde hay muy pocos turistas, las vistas son las mismas salvo que desde aquí ves la Roca del león, pero el resto de las vistas son similares.
Cerca de la cumbre encontramos un buda tumbado, y a partir de ahí viene el peor trayecto ya que hay que escalar por las rocas.

Después nos dirigimos hacia las ruinas de Ritigala, son un monasterio budista antiguo, enorme e importante en su época. Estas ruinas no tienen demasiado interés salvo que el paseo es muy agradable aunque un poco cansado con el calor que hace. Es un lugar diferente a lo que hemos visto, ya que son unas ruinas en medio de la jungla, encontramos las ruinas de la cocina, la librería, los baños, etc.

Lo que sí mereció mucho la pena fue comprobar una vez más la amabilidad de las gentes de este país. Cuando estábamos llegando a las ruinas vimos que la carretera estaba intransitable para vehículos por los movimientos de tierra que había habido la noche anterior por las lluvias, con lo cual, decidimos aparcar y proseguir el camino andando. Nos encontramos con una furgoneta que pese a que tenían problemas también para pasar lo tenían más fácil, pues cuando vieron que empezamos a caminar, pararon y nos dijeron que fuéramos con ellos; dentro había dos familias de Colombo que habían ido a pasar el día festivo al campo, fueron muy amables con nosotros, nos ofrecieron comida, bebida y todo lo que tenían entre sus manos. Cuando llegábamos alguna parte conflictiva del camino, uno de los hombres se bajaba y ponía maderas para que las ruedas pudieran pasar, al llegar al final del camino, nos estuvimos haciendo fotos con ellos, la verdad, si no hubiera sido porque teníamos que seguir con nuestro camino e íbamos con el tiempo justo ya que habíamos reservado unas sesiones de masajes de estos de ayurveda, me hubiera quedado con ellos el resto del día.

El ayurveda es un antiguo sistema de medicina que usa hierbas, aceites, metales y productos animales para curar y rejuvenecer, y además combatir numerosas dolencias. Se postula que los cinco sentidos están unidos a los cinco elementos y que si esto está equilibrado estás sano y feliz. La sesión constaba primero de un masaje con aceites, después las piedras calientes y por último la sauna con hierbas (las saunas son diferentes a lo que nosotros conocemos, paredes de yeso  impregnadas de miel y aceite de sándalo, el suelo se cubre de hierbas).
Al día siguiente le tocaba la visita a Polonnaruwa, este parque arqueológico es una auténtica gozada, durante mucho tiempo esta ciudad fue la capital real de los reinos Chola y cingalés, y se puede observar lo grande e importante que pudo llegar a ser a través de las maravillosas ruinas que hoy todavía se conservan y así la Unesco la incorporó en su listado en el año 1982.  Alrededor de la ciudad existe un lago actualmente que incorpora tres embalses anteriores. La ciudad se aglutina en diferentes grupos, y unos de otros están alejados. Se empieza por el Museo Arqueológico que tiene diferentes salas dedicadas a monográficos tales como, ciudadela, zona del monasterio, etc. Ahí es donde se sacan los tickets para tener acceso a todo el complejo, puesto que es un espacio abierto y se va de unas ruinas a otras en coche, bici o andando, hay varios sitios donde os pedirán los tickets, y veréis que mucha gente lo que hace es pasear por las zonas más abiertas donde no suelen pedir los tickets y no acceder a lugares como el museo o a la zona del Gal Vihara que los solicitan antes de entrar en los recintos. Después accedims al Palacio real, donde se pueden ver restos de la planta baja del mismo, el Salón de Audiencias y la piscina. Más hacia el norte se encuentra la zona conocida como el Cuadrángulo, que es un grupo de edificios muy cercanos unos a otros, los más destacados son: Los templos budistas de La Vatadage, y Thuparama Gedige, los monumentos Gal Pota, Satmahal Prasada, Atadage, etc. Alrededor del Cuadrángulo se encuentran varios templos hindúes (Siva Devale número 1 y 2). Entre el grupo del norte encontramos el Alahana Pirineva compuesto por el Rankot Vihara (Dagoba de ladrillo y yeso realmente increíble), el Lankatilaka, el Kiri Vihara, el Buddha Seema Prasada con unos pilares decorativos preciosos, etc.

En uno de los laterales del lago encontramos el conocido monumento denominado Gal Vihara, que se compone de cuatro imágenes de Buda separadas, todas ellas cortadas de un largo bloque de granito, desde luego las mejores imágenes son el buda en pie y el reclinado.Y por el último en los grupos del sur, encontramos el Potgul Vihara, el grupo de la casa de Reposo, etc.
Por la tarde fuimos al Parque Nacional de Kaudulla, para ver si conseguíamos ver manadas de elefantes como tantas veces habíamos visto en los documentales. Hay dos parques cercanos el de Minneriya y  Kaudulla, antes de elegir cual visitar es mejor preguntar a los lugareños dónde se encuentran en esos momentos las manadas y así acceder al parque a disfrutar de ellos. En esa zona se encuentran muchos elefantes cuando vas en coche por la carretera, pero verlos en el parque es muy bonito ya que además de verlos más tranquilamente suelen ir un mayor número de ellos. Para acceder al parque además de la entrada tienes que pagar el jeep como nos pasó en el Parque Nacional de Yala. El parque se encuentra a orillas del antiguo embalse de Kaudulla, con él se creó un corredor como conexión a entre el Parque Nacional de Somawathiya Chaitiya  y el Parque Nacional de Minneriya.  Es alucinante ver a los elefantes en total libertad disfrutando del agua, quitándose el calor con barro, me encantan esos animales.

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